Otro testigo en el juicio contra Genaro García Luna declara sobre la supuesta complicidad de la extinta Policía Federal de México con el Cártel de Sinaloa
Rocío Muñoz-Ledo
(CNN Español) — Otro testigo de la Fiscalía en el juicio contra Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de México, declaró este miércoles sobre la supuesta complicidad de la ahora extinta Policía Federal mexicana con el Cártel de Sinaloa. Este es el tercer día de testimonios en el juicio por narcotráfico que se realiza en Nueva York contra el exfuncionario.
El narcotraficante Tirso Martínez, alias “El Futbolista” —condenado en Estados Unidos en 2020—, concentró su testimonio en los años 2001 a 2003, cuando García Luna era director de la hoy disuelta Agencia Federal de Investigación (AFI). Las tareas y los agentes de la Policía Federal, por su parte, se incorporaron a la actual Guardia Nacional. Martínez es conocido como “El Futbolista” por haber sido propietario de los equipos Gallos Blancos, de Querétaro, y Los Freseros, de Irapuato, en el estado de Guanajuato.
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Martínez reconoció que nunca entregó sobornos directamente a García Luna, pero dijo que sí hizo pagos de entre US$ 100.000 a US$ 200.000 a otros policías para proteger cargamentos de cocaína que él importaba en lanchas rápidas desde Colombia a México, para luego traficarla a EE.UU.
Después, describió tres conversaciones que dice haber tenido con Vicente Carrillo y con otros miembros del Cártel de Sinaloa. Martínez aseguró que se sentía nervioso de transportar cocaína a EE.UU., pero que Carrillo y los otros le decían que no se preocupara porque Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, tenía “todo arreglado” con las autoridades en México en “todo nivel”. Incluso citó una conversación con Carrillo en la que le habría dicho: “No seas miedoso, cabrón. Mi padrino (El Mayo) lo tiene todo arreglado”.
Este miércoles también declararon como testigos un expolicía de Chicago, dos agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas inglés) y un agente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para hablar de tres grandes decomisos de cocaína de 2003: dos en Nueva York y uno en Chicago. Martínez también se refirió a esas incautaciones, diciendo que era droga que él había enviado a Estados Unidos y que pertenecía al Chapo y al Mayo. Agregó que después de cada incautación, los capos reaccionaban muy enojados. Y que después del tercero, él dejo de transportar drogas a EE.UU. por rutas ferroviarias, a pesar de la presión que —dice— sintió por parte del Chapo, el Mayo y Carrillo para que continuara.
En el contrainterrogatorio, la defensa de García Luna se centró mayormente en los beneficios que ha recibido Martínez por cooperar con el gobierno de EE.UU. y testificar tanto en el juicio del Chapo Guzmán como en este.
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Martínez había señalado que la Fiscalía presentó una carta al juez después de su testimonio en el juicio contra el Chapo recomendando una reducción en su sentencia. Enfrentaba desde 10 años hasta cadena perpetua. En 2020, fue sentenciado a siete años de cárcel (84 meses), incluidos los cuatro que ya había cumplido. Fue excarcelado el 3 de diciembre de 2021.
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En esa carta, la Fiscalía menciono la cooperación de Martínez en el caso contra García Luna y que además sigue en Estados Unidos bajo acción diferida mientras recibe ayuda el Gobierno para conseguir una visa que le permita residir permanentemente en EE.UU.
García Luna enfrenta varios cargos de participación en una empresa criminal continua y otros de conspiración para obtener, importar y distribuir miles de kilogramos de cocaína en EE.UU., además de presuntamente haber hecho declaraciones falsas a funcionarios estadounidenses de inmigración. El exfuncionario se declara inocente de todos los cargos.
Durante el contrainterrogatorio, García Luna prestó mucha atención a las preguntas de su abogado y a las respuestas del testigo, girando la cabeza en dirección a su defensor, y luego a Martínez cuando este respondía. Durante el interrogatorio de la Fiscalía, en ocasiones miraba firmemente al testigo y tomaba algunas notas. La esposa de García Luna acudió nuevamente al recinto; él la saludó llevándose la mano al pecho cuando ingresó a la sala.
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