La Reserva Federal admite que no puede solucionar fácilmente un problema económico que ella misma contribuyó a crear
Análisis de Bryan Mena, CNN
Las decisiones de política monetaria de la Reserva Federal en los últimos años han exacerbado la desigualdad económica en Estados Unidos, y algunos de los responsables de la política monetaria del banco central afirman que no es un problema que puedan solucionar fácilmente.
Millones de estadounidenses, especialmente los más ricos, se beneficiaron de las tasas de interés ultrabajas durante la pandemia, cuando la Fed flexibilizó la política monetaria para apuntalar la economía. Los costos de los préstamos ahora están muy por encima de los niveles de la era pandémica, pero alrededor del 20 % de los propietarios de viviendas todavía tienen una tasa hipotecaria inferior al 3 %, según Fannie Mae. Estos hogares no solo tienen pagos hipotecarios más bajos, sino que también han estado acumulando riqueza simplemente por ser propietarios de una vivienda.
Mientras tanto, el mercado bursátil estadounidense se acerca a otro año de sólidas ganancias, impulsado por las continuas inversiones en inteligencia artificial, lo que marca un impresionante mercado alcista de tres años.
Los hogares de bajos ingresos, que tienen menos probabilidades de invertir en acciones y más probabilidades de ser inquilinos, se han quedado al margen de estos llamados “efectos de riqueza” en los últimos cinco años. El crecimiento de sus salarios también fue inferior al de los más ricos a lo largo de 2025, según el Banco de la Reserva Federal de Atlanta.
La asequibilidad se ha convertido en una preocupación clave para muchos estadounidenses, según diversas encuestas, especialmente para aquellos con menores ingresos. También se ha convertido repentinamente en una prioridad para los políticos, incluido el presidente Donald Trump, quien restó importancia a estas preocupaciones en su reciente discurso a la nación.
Los funcionarios de la Fed, que se encuentran entre los responsables de la economía estadounidense, han admitido que no pueden abordar fácilmente lo que los economistas denominan la “economía en forma de K”.
“Cuando he hablado con minoristas y directores ejecutivos que atienden al tercio superior de la distribución de ingresos, todo va de maravilla… es la mitad inferior de la distribución de ingresos la que se pregunta: ‘¿Qué pasó?’”, dijo el gobernador de la Fed, Christopher Waller, el 16 de diciembre en la Cumbre de Directores Ejecutivos de Yale. Otros responsables de la política monetaria de la Fed, incluido el presidente Jerome Powell, han reconocido la creciente desigualdad económica en Estados Unidos este año.
“Lo mejor que podemos hacer es intentar que el mercado laboral se recupere, que la economía crezca mejor y, con suerte, que la seguridad laboral y los aumentos salariales comiencen a ponerse al día”, dijo Waller.
Si bien la política monetaria ha influido en la disparidad de fortunas entre los estadounidenses más ricos y los más pobres, se trata de una consecuencia no intencionada.
En 2020, la Reserva Federal (Fed) actuó correctamente al reducir las tasas de interés a casi cero para apoyar una economía golpeada por la pandemia. La Fed, cuyo mandato del Congreso es buscar el máximo empleo y la estabilidad de precios, se enfrentaba a los cierres de negocios durante la pandemia, que provocaban un aumento del desempleo.
La Fed mantuvo las tasas en niveles ultrabajos hasta marzo de 2022, cuando comenzó a subirlas agresivamente para combatir la inflación. Para entonces, aproximadamente una cuarta parte de los cerca de 85 millones de propietarios de viviendas en Estados Unidos habían obtenido una hipoteca con una tasa de interés ultrabaja, y solo una fracción de ellos ha renunciado a esa tasa baja desde entonces.
Pero la Fed podría haber influido en la economía con forma de “K” mucho antes.
“Este fenómeno comenzó en 2008, con las inyecciones masivas de liquidez que la Fed realizó en respuesta a la crisis financiera mundial, lo que elevó el valor de las acciones y de las viviendas”, dijo Oren Klachkin, economista de mercados financieros en Nationwide. “Desde entonces, hemos visto esta brecha persistente entre los que tienen y los que no tienen, que de hecho se redujo después de la pandemia”.
De hecho, los salarios de los estadounidenses más pobres crecieron rápidamente entre 2020 y 2023, según datos de la Reserva Federal de Atlanta, superando con creces el crecimiento de los salarios de los trabajadores más ricos. En ese momento, los empleadores competían por contratar a un número limitado de trabajadores.
Esa situación cambió este año. En septiembre, el promedio móvil de 12 meses del crecimiento salarial medio del cuartil inferior de los hogares estadounidenses según la distribución de ingresos fue del 3,7 %, en comparación con el 4,4 % entre los que más ganan.
“Los que están en la parte inferior no cuentan con el valor de sus viviendas para ayudarlos. No tienen carteras de acciones que los respalden. Y les resulta más difícil acceder a posibles líneas de crédito”, dijo Klachkin. “Dependen principalmente de que sus salarios superen la inflación”.
La principal herramienta de la Fed —sus tasas de interés clave, que influyen en los costos de endeudamiento en toda la economía— es ampliamente conocida como un instrumento poco preciso.
Esto significa que no puede ayudar a grupos específicos cuando intenta impulsar o aliviar la presión sobre el mercado laboral, que es lo que los funcionarios están haciendo actualmente. La Reserva Federal tampoco controla las tasas de interés a largo plazo, que tienden a seguir el rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo (aunque el rendimiento de los bonos se ve influenciado por los mismos datos económicos que la Reserva Federal considera al establecer su política).
En los últimos dos años, la Reserva Federal ha reducido su tasa de interés de referencia en 1,75 puntos porcentuales en un esfuerzo por mantener a flote el mercado laboral. La esperanza es que estas reducciones de tasas actúen como una marea creciente que beneficie a todos.
“(La Fed) debe seguir reduciendo la inflación. Cualquier cifra que no sea el 2 % no es una opción. Pero importa cómo se logra”, escribió Mary Daly, presidenta de la Reserva Federal de San Francisco, en una publicación en redes sociales tras la decisión de la Reserva Federal en diciembre de reducir las tasas por tercera vez consecutiva. “Esto significa que no podemos permitir que el mercado laboral se debilite. Los aumentos salariales reales provienen de expansiones largas y duraderas. Y la expansión actual aún es relativamente reciente”.
La mejor estrategia de la Reserva Federal para revertir la economía en forma de “K” podría ser simplemente evitar que el mercado laboral se deteriore y esperar que otras fuerzas impulsen el empleo y el crecimiento salarial.
“Para los hogares de bajos ingresos, la preocupación debería ser evitar la pérdida de empleos en lugar de lidiar con una mayor inflación acumulada”, dijo Alexander Guiliano, director de inversiones de Resonate Wealth Partners.
“El desempleo no es algo que puedan controlar necesariamente, pero la inflación sí es algo que pueden intentar gestionar mediante las decisiones que toman”, añadió.
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