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China y Rusia critican a Israel mientras se agudizan las divisiones con Occidente

Ángela Reyes Haczek

(CNN) — El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el líder chino, Xi Jinping, se reunirán esta semana en Beijing durante una visita que se espera que subraye su visión compartida de un nuevo orden internacional que ya no esté dominado por Estados Unidos y sus aliados democráticos.

Este encuentro entre los dos autócratas más poderosos del mundo se produce en un momento en que las divisiones geopolíticas se endurecen a escala mundial, primero tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, lanzada apenas tres semanas después de la última reunión de los líderes en la capital china en 2022, y ahora cuando la guerra de Israel contra el grupo extremista Hamas amenaza con convertirse en una espiral de un conflicto más amplio que podría hacer añicos la estabilidad en Medio Oriente.

Tanto Beijing como Moscú han criticado las acciones de Israel y han pedido un alto el fuego, en la última muestra de los esfuerzos de ambas potencias por intensificar su liderazgo alternativo al de Estados Unidos, que afirma el derecho de Israel a tomar represalias.

La reunión llega además cuando se confirmó que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, viajará a Israel el miércoles, en una muestra de apoyo a las operaciones militares del país que servirá también de advertencia a otros países de la región.

Es probable que Xi y Putin hablen de la situación durante una reunión esta semana, después de que Putin llegara este martes por la mañana como invitado de honor al Foro de la Franja y la Ruta en Beijing, un viaje al extranjero excepcionalmente raro para el líder diplomáticamente aislado.

Se espera que jefes de Estado, representantes y delegaciones de más de 140 países asistan al histórico evento diplomático chino de dos días que comienza el martes, que marca los 10 años desde el inicio de la campaña de financiación de infraestructuras globales de Xi, y presenta al líder chino una oportunidad para proyectar las crecientes ambiciones globales de Beijing.

¿Un empujón para la paz?

Según analistas, la celebración del foro en Beijing en un momento en que Israel señala que podría lanzar una invasión terrestre de Gaza, gobernada por Hamas, ofrece a Beijing la oportunidad de desviar la atención mundial de su guerra en Ucrania.

Se espera que Moscú presente una resolución para el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas pidiendo un alto el fuego sin nombrar a Hamas. Su enviado de la ONU comparó el viernes el bombardeo que día a día sufre Gaza con el brutal asedio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial.

En el otro extremo del espectro histórico, Biden describió este fin de semana el ataque de Hamas como la peor masacre de judíos desde el Holocausto.

China ha dicho que mandará a su enviado a Medio Oriente para fomentar las conversaciones y ha condenado “todos los actos que dañen a civiles”, pero no ha dirigido explícitamente esa condena a Hamas, ni ha nombrado al grupo en sus declaraciones.

Durante una ráfaga de llamadas diplomáticas en los últimos días, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, dijo que las acciones de Israel han “ido más allá del ámbito de la autodefensa”.

Las declaraciones de ambos países contrastan con las de Estados Unidos, que ha dejado claro su apoyo incondicional a Israel y ha señalado que no cree que sea el momento adecuado para un alto el fuego.

Se espera que Xi y Putin discutan el conflicto en su próxima reunión, en la que probablemente también estará presente la guerra de Rusia en Ucrania.

En ese conflicto, China también ha intentado posicionarse como posible mediador.

Pero cuando se trata del interés de China en presionar al líder ruso para que ponga fin a su invasión, Xi puede ser cauteloso para no dar ningún paso que pueda dañar las relaciones.

Sobre todo porque es probable que esté observando un posible cambio en las posturas mundiales sobre el conflicto, en medio de señales de cambio de actitud al menos en algunas partes de Europa, y las elecciones en Estados Unidos el año que viene podrían desencadenar un cambio significativo en el nivel de apoyo estadounidense a Ucrania.

“Hasta ahora no vemos ningún indicio de que China esté dispuesta a utilizar su situación ventajosa (para presionar a Rusia)”, afirmó Li Mingjiang, profesor asociado de Relaciones Internacionales en la Universidad Tecnológica Nanyang de Singapur.

“Los responsables políticos chinos no quieren ver ni el más mínimo nivel de desconfianza entre Beijing y Moscú”.

Un viaje excepcional

Putin, que rara vez ha abandonado el bloque de antiguas naciones soviéticas desde que lanzó su guerra, es rechazado por Occidente y buscado por un tribunal internacional por presuntos crímenes de guerra. Los expertos afirman que tampoco está dispuesto a viajar a ningún lugar donde considere que su seguridad personal no está absolutamente garantizada. La semana pasada realizó su primer viaje conocido del año fuera del territorio controlado por Rusia, a Kirguistán.

Pero a pesar de las circunstancias cambiantes de Putin desde su última visita a Beijing, los dos líderes se han alineado cada vez más en la presentación de una visión del mundo alternativa a la ofrecida por Occidente, a medida que tratan de atraer a más países a sus esfuerzos por cambiar un equilibrio de poder mundial que sienten que está en su contra.

En una entrevista con la radiotelevisión estatal china previa al evento, Putin se deshizo en elogios hacia Xi, calificando al presidente chino de “firme, tranquilo, pragmático y fiable, un verdadero líder mundial”, y alabando su “enfoque único para tratar con otros países”, que no ha mostrado imposición ni coerción, sino que ha brindado oportunidades a otros.

Los dos líderes, que se refieren con frecuencia a su estrecha amistad, se han reunido 40 veces en la última década, dos de ellas desde el inicio de la guerra en Ucrania. Durante su anterior encuentro en Beijing, Xi y Putin hicieron pública una declaración conjunta de 5.000 palabras en la que declaraban una asociación “sin límites” y subrayaban su profundo alineamiento contra Occidente.

La asistencia al foro será una importante oportunidad para que Putin “logre exposición internacional (…) y demuestre que Rusia sigue teniendo un amigo fuerte en China”, dijo Li en Singapur.

“Y para China, contar con un actor internacional importante como Putin para unirse a la cumbre de la BRI también es políticamente importante”, añadió. Por lo demás, se espera que el foro —el evento que corona el año diplomático de Xi— incluya en gran medida a líderes de países en desarrollo y de renta media menos influyentes.

¿Asociación sin límites?

La invasión rusa de Ucrania puso a prueba la creciente relación entre China y Rusia como ningún otro acontecimiento en la historia reciente, sometiendo a Beijing a un intenso escrutinio por parte de los países occidentales por sus estrechos lazos con su vecino del norte y planteando dudas sobre si Xi tenía conocimiento previo del plan de Putin.

Desde entonces, Beijing ha reivindicado su neutralidad en el conflicto y ha hecho un llamamiento a la paz, y en los últimos meses ha redoblado sus esfuerzos para que se le considere un posible mediador de paz, mientras la preocupación por sus estrechos lazos con Rusia tensaba aún más sus relaciones con Europa y Estados Unidos.

Pero la segunda economía mundial también se ha convertido en un salvavidas clave para una Rusia castigada por las sanciones, que ahora depende de ella para la compra de bienes y energía, y ambos países han profundizado sus interacciones en toda una serie de ámbitos desde el comienzo de la guerra.

El año pasado, Rusia y China registraron un comercio récord, que siguió creciendo en 2023. Según los expertos, han ampliado la cooperación en materia de seguridad mediante más ejercicios militares conjuntos y un diálogo oficial más intenso, y han seguido estrechando sus lazos diplomáticos, incluidos los de Putin y Xi, que a principios de este año eligió una visita de Estado a Moscú como primer viaje al extranjero simbólicamente significativo de su tercer mandato como presidente de China.

“China intenta retórica y simbólicamente poner cierta distancia entre ella y Rusia cuando se trata de hablar con el público occidental”, dijo Alex Gabuev, director del think tank Carnegie Russia Eurasia Center de Berlín.

“(Pero) aunque oficialmente no se la denomine ‘asociación sin límites’, (la relación China-Rusia) se ha hecho, en términos reales, más sólida, robusta y profunda”, afirmó.

Alex Stambaugh, Mengchen Zhang y Richard Roth, de CNN, contribuyeron a este artículo.

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