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Dos desconocidos se mudaron a un departamento en Praga. Luego se enamoraron

Alexandra Ferguson

(CNN) — Mandy Sanchez estaba sentada en su habitación de Texas cuando vio el anuncio.

Una habitación espaciosa en un edificio Art Nouveau en el concurrido barrio de Vinohrady, cerca del parque Riegrovy Sady de la ciudad, conocido por sus hermosas puestas de sol.

Era diciembre de 2019. Mandy era una joven de 22 aƱos a punto de graduarse en la Universidad A&M de Texas. Estaba planeando mudarse a Praga para enseƱar inglƩs.

Se habĆ­a unido a un grupo de Facebook llamado “Flatshare in Prague”, con la esperanza de encontrar un lugar donde vivir. La habitación de Vinohrady la anunciaba un usuario de Facebook llamado Marcus Wecksten. Junto a las fotos del departamento, Marcus escribió que los habitantes actuales eran dos chicos: uno finlandĆ©s (Marcus) y otro alemĆ”n (su compaƱero de departamento, Boris). Marcus y Boris eran estudiantes en Praga y buscaban a alguien para mudarse cuanto antes.

Mandy pensó que el departamento era perfecto: buen vecindario, espacio agradable y la habitación se ajustaba a su presupuesto. Era demasiado bueno para ser verdad. Mandó un mensaje inmediatamente, expresando su interés.

Marcus estaba estudiando en su habitación del departamento de Praga cuando el mensaje de Mandy apareció en su computadora.

“Me parece estupendo”, dijo. “ĀæPuedes pasar la semana que viene para verlo?”. “Estoy en Texas”, explicó Mandy. “Me mudo a Praga en enero”.

Marcus lo pensó dos veces. No podrían conocer a Mandy antes de que firmara el contrato de alquiler, lo cual no era lo ideal. Volvió a escribir a Mandy, disculpÔndose, explicÔndole que no iba a funcionar.

Pero Mandy estaba decidida. “ĀæPodrĆ­amos hablar por Skype?”, sugirió. “Realmente quiero esta habitación”.

Marcus, que entonces tenƭa 25 aƱos y estaba a mitad de la carrera de Medicina en la Universidad Carolina de Praga, habƭa conocido a su compaƱero Boris en la universidad. Los dos habƭan vivido en el departamento de Vinohrady durante un par de aƱos.

“Era un departamento superbonito en uno de los barrios mĆ”s agradables de Praga”, cuenta Marcus a CNN Travel.

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Distintos compañeros de estudios había alquilado la tercera habitación a lo largo de los años.

“BuscĆ”bamos a alguien sociable, que quisiera pasar el rato con nosotros en el espacio comĆŗn, en la sala, que es donde pasĆ”bamos bastante tiempo”, recuerda Marcus. “No sĆ© cuĆ”les eran los demĆ”s requisitos, pero probablemente los bĆ”sicos: alguien limpio…”.

En la posterior entrevista por Skype, Mandy recuerda que Boris estaba especialmente preocupado por la limpieza.

“Me preguntó mucho si podĆ­a ayudar con la limpieza”, dice. “Pero era yo la que estaba mĆ”s preocupada: ‘ĀæVan a estar limpios? Porque son dos chicos…”.

Mandy, Marcus y Boris pasaron gran parte de la conversación por Skype hablando del barrio de Vinohrady y de los servicios cercanos. Hacia el final, pasaron a charlar sobre ellos.

“Me pareció muy interesante que Mandy fuera de Texas”, dice Marcus. “No habĆ­a conocido a ningĆŗn tejano en mi vida. TenĆ­a la imagen estereotipada de un tejano con sombrero de vaquero, botas y revólver”.

Por su parte, Mandy colgó la llamada con la impresión de que Marcus y Boris eran simpĆ”ticos y “normales”.

“ColguĆ© y bĆ”sicamente me dije: ‘Vale, no me van a asesinar. Parecen buena gente. Probablemente podrĆ­a entrar en su departamento y no habrĆ­a problema'”.

Tras una llamada de seguimiento para ultimar detalles, Marcus y Boris le ofrecieron la habitación a Mandy. Casualmente, este mensaje llegó el día de la graduación universitaria de Mandy.

A mitad de la celebración, Mandy informó a sus padres y a su hermana sobre su nueva vivienda. Alabó sus virtudes: ubicación increíble, edificio precioso y mencionó de pasada que los compañeros de piso eran dos estudiantes de medicina.

“Mis padres me dijeron: ‘Esperamos que no te enamores de ninguno de los dos, porque si lo haces te vas a vivir a Europa para siempre'”, recuerda Mandy.

“Yo les dije: ‘ĀæPor quĆ©? Y me contestaron: ‘Bueno, porque van a obtener la licencia mĆ©dica en Europa, y eso no se va a trasladar fĆ”cilmente a EE.UU.’. AsĆ­ que, si te enamoras de uno de ellos, te quedarĆ”s allĆ­ para siempre'”.

Sus padres hablaban en broma, al menos en parte. Pero Mandy les cortó el rollo y quiso dejar las cosas claras.

“No voy a Europa para eso”, dijo.

Y era cierto.

“No me iba allĆ­ para enamorarme”, dice Mandy hoy.

Pero el universo tenĆ­a otras ideas.

Llegada a Praga

Mandy se mudó al departamento de Marcus en la vibrante zona de Vinohrady, en Praga. (Crédito: Mandy SÔnchez)

Mandy nunca había estado en Praga. Había visto fotos en Internet y se había maravillado de lo bonita que era. Había recibido consejos de amigos que la habían visitado y se habían enamorado de la ciudad. Empezó a imaginarse viviendo en el departamento de Vinohrady.

Pero nada de esto pudo prepararla para el torbellino del dĆ­a de su llegada.

Recuerda que se subió a un Uber en el aeropuerto y miró por la ventanilla. Eran tan solo las 17:30, pero ya estaba completamente oscuro. A medida que se acercaba a la ciudad, las agujas del Castillo de Praga se iluminaban. Mandy sintió una mezcla de agotamiento, excitación e incredulidad por el inicio de esta nueva etapa de su vida.

Mientras tanto, Marcus y Boris habĆ­an pasado la mayor parte del dĆ­a limpiando a fondo su departamento.

“LimpiĆ”bamos rincones del departamento que hacĆ­a mucho tiempo que no limpiĆ”bamos”, dice Marcus. “QuerĆ­amos causar una buena impresión a Mandy”.

Marcus acababa de sacar la Ćŗltima bolsa de basura y la habĆ­a tirado en los contenedores comunes cuando el Uber de Mandy se detuvo frente al edificio.

“Ella se baja, el conductor la ayuda con las bolsas”, recuerda Marcus. “Mi primera impresión es que es superguapa. Es pequeƱita, pero parece tener mucha energĆ­a y es muy linda”.

Mandy sonrió mientras el Uber se alejaba.

“Ah, tĆŗ debes de ser Marcus”, dijo.

Marcus le tendió la mano a Mandy para que se la estrechara. El momento fue un poco incómodo, pero amistoso.

Entonces, Marcus tomó las maletas de Mandy y las subió por las escaleras.

“Me dije: ‘QuĆ© bien que haya subido las maletas. Tomo nota'”, recuerda Mandy.

Dentro del nuevo departamento, Mandy conoció a Boris y se ofreció a invitar a sus nuevos compañeros a comida para llevar.

Lo siguiente que supo fue que Marcus estaba haciendo un pedido de pizza en su portƔtil.

“Tuve que darle torpemente mi tarjeta de crĆ©dito”, cuenta Mandy. Y entonces, Google Chrome le preguntó si querĆ­a guardar la tarjeta. Y yo le dije: ‘No se te ocurra guardar los datos de esa tarjeta'”.

Mandy solo bromeaba a medias. Recuerda que pensó: “Esto es un poco raro. Acabo de conocer a este tipo. Y le estoy dando los datos de mi tarjeta de crĆ©dito”.

Durante las dos horas siguientes, Mandy, Marcus y Boris se sentaron a comer pizza y charlar.

Mandy apreciaba lo acogedores que eran sus nuevos compaƱeros. Y pensó que Marcus era “guapo”. “Pero tambiĆ©n estaba cansada”, dice. “Pensaba: ‘A lo mejor estoy delirando'”.

Después de cenar, Mandy, agotada por el vuelo, se retiró a su habitación y se fue a dormir. Se despertó preguntÔndose si seguiría encontrando atractivo a Marcus después de haber pasado el jet lag. Su pregunta obtuvo respuesta en cuanto lo vio en la cocina, sonriéndole.

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Esta es una de las primeras fotos juntos de Marcus y Mandy, tomada en su departamento de Praga en 2020. CrƩdito: Mandy Sanchez

Durante la semana siguiente, Mandy y Marcus empezaron a conocerse. La mayorƭa de las noches cenaban fuera, los dos solos. Boris siempre estaba invitado, pero a menudo tenƭa planes y no podƭa acompaƱarlos.

Mandy dice que ella y Marcus “congeniaron enseguida”.

“HabĆ­a mucha quĆ­mica entre nosotros. Pero era una quĆ­mica con la que no sabes muy bien quĆ© hacer”, dice.

Mandy era consciente de que acababan de irse a vivir juntos: no querĆ­a frenar una posible amistad ni alterar su convivencia.

Pero Marcus no tenĆ­a las mismas reservas sobre la posibilidad de salir con ella.

“Probablemente me dejĆ© llevar por lo que estaba pasando”, dice. “No pensaba tanto en las posibles consecuencias, sino mĆ”s bien en lo bien que sentĆ­a. Vamos a por ello'”.

A pesar de las dudas de Mandy, ella y Marcus se fueron acercando cada vez mĆ”s. Mandy no podĆ­a negar lo que ella llama “la inmediatez de la atracción que sentĆ­amos el uno por el otro”.

Al poco tiempo, ya eran pareja, sin el título. Salían a cenar juntos, exploraban Praga codo con codo y pasaban horas hablando en el departamento. Salieron juntos de Praga para visitar la fÔbrica de cerveza Pilsner, conocerla y pasar la noche compartiendo cervezas. El día de San Valentín, un mes después de que ella se mudara, Marcus cocinó para Mandy. Boris entró y enarcó una ceja ante el evidente trasfondo romÔntico.

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Quedarse el uno para el otro

Mandy y Marcus decidieron quedarse juntos en Praga durante la pandemia. CrƩdito: Kemal Onur Ozman, http://www.kemalonurozman.com

Pero mientras Mandy y Marcus se acercaban, la sombra del coronavirus era cada vez mÔs difícil de ignorar. Cuando Mandy llegó a Europa, la pandemia era un lejano retumbar de truenos. A principios de marzo, la tormenta había estallado sobre Europa.

Mandy se despertó una mañana con un correo electrónico de sus padres. La frontera estadounidense se estaba cerrando. Le habían comprado un pasaje de avión para volver a casa.

“AquĆ­ tienes tu pasaje de avión, sale el jueves y tenemos 24 horas para cancelarlo. AsĆ­ que es totalmente reembolsable”, decĆ­a el correo electrónico. “Eres adulta, puedes tomar tus propias decisiones. Pero nos gustarĆ­a mucho que vinieras a casa”.

Mandy no sabía qué hacer. Si se iba, su visado quedaría anulado y no le sería fÔcil volver. Su incipiente relación con Marcus terminaría antes de empezar.

Pero, por otro lado, se trataba de una crisis mundial. ĀæSeguro que tenĆ­a sentido estar con sus seres queridos en su paĆ­s de origen? Si se quedaba, Āæse quedarĆ­a atrapada en Praga indefinidamente?

“Creo que me estoy enamorando”, pensó Mandy. “No quiero que esto termine. Pero tampoco sĆ© si es un error no volver a casa”.

Boris ya habƭa vuelto a Alemania. Pero Marcus no estaba seguro de si volverƭa a Finlandia. No lo habƭa dicho en voz alta, pero parecƭa que estaba esperando a ver quƩ hacƭa Mandy.

Durante las siguientes 24 horas, Mandy dudó entre quedarse o marcharse. Al final, ella y Marcus analizaron juntos sus opciones.

“No salimos y dijimos: ‘Oye, vamos a luchar juntos y unidos contra este covid'”, dice Marcus. “MĆ”s bien intentĆ”bamos despertar el interĆ©s del otro”.

“Si tĆŗ te quedas, yo me quedo”, decidieron finalmente Mandy y Marcus.

“Una vez que decidimos que ambos nos quedarĆ­amos, me pareció muy emocionante”, dice Marcus.

Durante los meses siguientes, mientras Praga se sumƭa en un estricto aislamiento, Mandy y Marcus estuvieron juntos prƔcticamente las 24 horas del dƭa.

Marcus empezó a experimentar con comidas elaboradas. Mandy se sentaba en el sofÔ, bebía vino, le animaba y le hacía compañía.

Los dos pasaban largas tardes compartiendo historias y hablando de sus vidas.

“Nos hicimos mucho mĆ”s cercanos y desarrollamos sentimientos mucho mĆ”s fuertes el uno por el otro”, dice Marcus. “Pasamos mucho tiempo juntos, los dos solos, y pudimos sincerarnos”.

Para Marcus, el mƔs introvertido de la pareja, pasar tiempo con Mandy en casa era la forma ideal de conocerla bien.

“Me sentĆ­a muy cómodo y seguro en ese ambiente hogareƱo”, dice. “SentĆ­ que podĆ­a ser yo mismo. Y tambiĆ©n con Mandy, simplemente su personalidad significaba que era muy fĆ”cil ser yo mismo”.

A Mandy le costaba mƔs estar en el momento. Le encantaba pasar tiempo con Marcus, pero no podƭa evitar preocuparse por las posibles complicaciones futuras de salir con alguien de otro paƭs.

TambiƩn luchaba por no dejar que la sombrƭa realidad de la pandemia se infiltrara en su burbuja.

“Todo estaba todavĆ­a en el aire”, recuerda. “No habĆ­amos definido la relación, pero me quedĆ© por este hombre, bĆ”sicamente. Y me acabo de mudar aquĆ­, y todavĆ­a estoy en trĆ”mites de visado, y el mundo estĆ” en llamas y todas esas cosas… AsĆ­ que no era necesariamente como, ‘Oh, me siento segura y en casa contigo’. Fue bastante agitado para mĆ­”.

A pesar de ello, Mandy recuerda muchos puntos positivos.

“Pasamos mucho tiempo en el parque, bebiendo prosecco y pasĆ”ndolo en grande”, dice.

Praga, normalmente repleta de turistas, estaba adormilada y vacĆ­a.

Mandy y Marcus recuerdan que “paseĆ”bamos por el Puente de Carlos y no habĆ­a absolutamente nadie”.

A pesar de las circunstancias sombrĆ­as, la ciudad vacĆ­a “era bastante genial”.

Llegó el verano y las restricciones de Praga por la pandemia se suavizaron un poco. Marcus se disponía a regresar a Finlandia para trabajar durante sus vacaciones de verano. Iba a estar fuera de la República Checa durante tres meses.

“La noche antes de que se fuera, me puse a llorar y le dije: ‘Dios mĆ­o, te vas y estoy muy triste'”, recuerda Mandy.

Ese fue el momento en que Mandy y Marcus hablaron por fin en voz alta de sus sentimientos y confirmaron su compromiso de estar juntos.

Durante los tres meses que pasaron separados, Mandy y Marcus estuvieron cada vez mƔs seguros de ello. Mandy recuerda haber llamado a su madre para decirle que sabƭa que estaba enamorada de Marcus y que esperaba que Ʃl sintiera lo mismo.

Cuando Marcus volvió al departamento de Vinohrady, le dijo a Mandy que estaba enamorado de ella.

“Menos mal”, dice Mandy riendo.

Fue entonces cuando por fin ella se permitió relajarse en esta nueva realidad. Marcus era su novio y, a pesar de las tensiones que definían 2020, Mandy era feliz. Le encantaba vivir en Praga. Decidió prolongar su estancia allí, utilizando la pandemia como excusa; al fin y al cabo, casi toda su enseñanza se había impartido en línea, así que no había tenido la experiencia que había planeado.

Siempre que le preguntaban, Mandy no aclaraba cuƔnto tiempo mƔs se quedarƭa.

“Siempre era: ‘Un tiempo mĆ”s'”, dice Mandy. “Nunca un final realmente definido”.

Boris regresó a Praga, perplejo por cómo había crecido la relación entre Marcus y Mandy en su ausencia. Se alegró por ellos.

“DejĆ© a Mandy y Marcus como dos nuevos compaƱeros de departamento y los volvĆ­ a encontrar cuando regresĆ© como una pareja bien establecida, con sus propias tradiciones y costumbres”, cuenta Boris a CNN Travel. “Fue una situación muy bonita de presenciar”.

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Conocer a los padres

Aquƭ estƔn Mandy y Marcus en Finlandia en el verano de 2021. CrƩdito: Mandy SƔnchez

El verano siguiente, en julio de 2021, Mandy viajó con Marcus a Finlandia para pasar tiempo con sus amigos y su familia y conocer un poco su cultura y su país.

“Presentar a Mandy a mis amigos fue realmente genial”, recuerda Marcus. “ParecĆ­a hacer clic con todo el mundo”.

“Conocer a su familia y venir a Finlandia fue esa Ćŗltima pieza del rompecabezas para mĆ­”, dice Mandy.

Cuando las fronteras de Estados Unidos se reabrieron a finales de ese año, Marcus viajó con Mandy a Texas para conocer a los seres queridos de Mandy.

“Sus padres y su hermana fueron muy comprensivos y desde el primer momento sentĆ­ que formaba parte de la familia”, dice Marcus.

DespuĆ©s de esas importantes presentaciones, “sentimos que la cosa iba mĆ”s en serio”, dice Mandy.

Pero el futuro de Mandy y Marcus seguía planteando muchos interrogantes. Si seguían juntos, ¿dónde vivirían? Los comentarios irónicos iniciales de los padres de Mandy sobre casarse con sus compañeros de cuarto, estudiantes de medicina, seguían en pie: Marcus no podría ejercer la medicina en Estados Unidos, así que vivir allí parecía imposible.

Durante este tiempo, Marcus y Mandy decidieron ir a terapia de pareja, pensando que era importante hablar de algunas de estas incertidumbres.

“Creo que nos ayudó mucho en lo que respecta a las muchas cosas que hay que pensar en una relación intercultural: dónde vamos a vivir y todas esas cuestiones tan complicadas”, dice Mandy.

“Tuvimos un terapeuta estupendo en Praga, que nos ayudó a sentirnos mucho mĆ”s serios y a tener una base sólida”.

La pareja confirmó que “veĆ­an la vida juntos” y decidieron que estaba bien simplemente “intentar resolverlo paso a paso”.

“Nos sentimos muy seguros”, dice Marcus. “Sabemos que vamos a seguir siendo nosotros dos”.

La pedida de mano en Praga

Marcus le propuso matrimonio a Mandy en la primavera de 2023. (Crédito: Kemal Onur Ozman, fotógrafo de Praga, http://www.kemalonurozman.com)

Primavera de 2023, tres años desde que Mandy se mudó a Praga y tres años desde que conoció a Marcus.

La pareja empezaba a sospechar que tendrƭan que abandonar la ciudad que ambos amaban. Marcus estaba a punto de licenciarse en Medicina y parecƭa que le resultarƭa mƔs fƔcil encontrar trabajo en Finlandia.

Para celebrar sus tres años juntos, Marcus decidió sorprender a Mandy con una sesión de fotos: pensó que ambos apreciarían tener unas bonitas fotos en algunos de sus lugares favoritos de Praga.

La pareja, fotógrafo en ristre, se dirigió a un parque donde los Ôrboles estaban cubiertos de flores de colores pastel. Mandy llevaba mucho tiempo obsesionada con los Ôrboles en flor de primavera, nunca había visto nada igual en Texas.

Mientras el fotógrafo tomaba un par de fotografías preliminares de Mandy, Marcus aprovechó el momento. Se arrodilló detrÔs de ella. Cuando Mandy se dio la vuelta, al principio estaba confundida. Luego se dio cuenta de que era una propuesta.

Las fotos que siguieron captaron la alegrƭa de Mandy. De hecho, en todas las fotos tomadas ese dƭa, Mandy y Marcus estƔn radiantes de felicidad.

La sesión terminó en el Puente de Carlos. Mientras Mandy y Marcus contemplaban la ciudad cogidos del brazo, Mandy sugirió que lo celebraran en su restaurante favorito.

“Bueno, depende de lo que tardes en hacer las maletas”, dijo Marcus.

“HabĆ­a planeado pasar una o dos noches en un hotel balneario de Karlovy Vary, que es una ciudad balneario a dos horas de Praga”, explica Mandy.

La pareja pasó el resto del fin de semana brindando por su futuro.

Mandy y Marcus, en la foto de vacaciones en Albania, estÔn entusiasmados con su futuro en común. (Fotografía: Mandy Sanchez)

El verano pasado, Marcus y Mandy dejaron Praga y se trasladaron a Helsinki (Finlandia). Fue agridulce despedirse de la ciudad que forjó su relación, pero la pareja estÔ entusiasmada con este nuevo capítulo, y planean quedarse en Helsinki los próximos dos años.

Mandy y Marcus volverÔn a Praga la próxima primavera para su boda, una celebración de fin de semana en la que amigos y familiares de todo el mundo, incluido, por supuesto, su antiguo compañero de piso Boris, se reunirÔn en República Checa para celebrar la historia de amor de Mandy y Marcus.

En la pƔgina web de su boda, Marcus y Mandy enumeraron algunos de sus lugares favoritos de Praga para los invitados que no conocieran la ciudad. Evitaron los lugares obvios (cualquiera puede buscarlos en Google) y se decantaron por los lugares que mƔs les gustaban. Naturalmente, el apartamento Vinohrady encabeza la lista.

Marcus y Mandy recuerdan su estancia allĆ­ con mucho cariƱo. Marcus se maravilla de los “pequeƱos acontecimientos” que les llevaron a cruzarse, vivir juntos en ese apartamento y enamorarse.

Mandy expresa “lo absolutamente felices, enamorados y agradecidos que estamos de habernos permitido la alegrĆ­a de amarnos, incluso cuando no estĆ”bamos seguros de cómo iban a salir las cosas”.

“Hemos vivido muchas cosas en estos pocos aƱos juntos y estamos muy contentos de poder seguir viviendo juntos”, dice Mandy. “Ha sido la aventura mĆ”s grande e inesperada”.

Esta historia fue publicada originalmente el 27 de octubre

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