Fito, el líder de la banda más famosa de Ecuador vivía “como un rey” mientras estaba en prisión. Su fuga arroja luz sobre las cárceles sin ley del país
urielblanco
(CNN) — Con su cuarto de baño de cuatro piezas, su cama tamaño queen y su mininevera, la desordenada celda del conocido líder de la banda de Los Choneros, José Adolfo Macías, lucía más como un hotel en lugar de uno de los mayores complejos penitenciarios de Ecuador.
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Esto es “mejor que en casa… [él] vive como un rey”, exclama un soldado en el segundo de varios videos que muestran la habitación de Macías y su patio de césped personal, lleno de media docena de sus gallos de pelea que tenía como mascotas. Los videos, compartidos con CNN, fueron tomados en la prisión de La Regional y grabados por miembros del ejército el año pasado.
En otro video grabado dentro de la celda de Macías, un colorido mural que representa al líder de la banda, más conocido como “Fito”, advierte: “plata o plomo”. La frase, popularizada por el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, ofrece la sombría opción de aceptar un soborno o recibir un disparo, una posible advertencia al personal de la prisión.
¿Quién es Fito, el prófugo más buscado de Ecuador?
Según los expertos, los videos son una prueba más de la cruda realidad de que el sistema penitenciario de Ecuador se convirtió en el cuartel general de grupos delictivos que han acumulado soldados de a pie e influencia en todo el país. En menos de una década, el crimen organizado transformó este país relativamente pacífico en uno de los lugares más peligrosos de América Latina.
Las masacres en las cárceles se han hecho más frecuentes en los últimos años, causando la muerte de cientos de personas, algunas de las cuales aparecieron descuartizadas. En los disturbios más recientes, más de 130 guardias de prisiones y empleados administrativos fueron secuestrados en varias cárceles. Desde entonces fueron liberados.
“Los grupos criminales tienen todo el control [de las prisiones], por eso Fito tenía todos esos beneficios en la cárcel: TV, internet, comida, alcohol, mujeres… todo lo que quisiera”, dijo a CNN Jean Paul Pinto, experto en seguridad ecuatoriano que ha asesorado anteriormente a la Policía y a la agencia de inteligencia de Ecuador.
Los expertos especulan con que esas libertades de las que disfrutaba el capo de la droga mientras estaba encarcelado son también la razón por la que pudo escapar de la prisión de La Regional, una fuga que captó la atención del mundo y desencadenó una tormenta de violencia en todo el país el mes pasado.
Prisiones fuera de control
Hace aproximadamente una década que Ecuador empezó a perder el control de sus prisiones, según los expertos. Una serie de descuidos de los sucesivos dirigentes ecuatorianos permitieron que la delincuencia se extendiera por todo el sistema penitenciario, según Glaeldys González, experta en crimen organizado del International Crisis Group. Estos descuidos incluyeron traslados masivos de presos con el fin de desarticular a los grupos delictivos, una medida que resultó contraproducente y solo contribuyó a que las bandas ampliaran su presencia en todo el país, añadió.
Las políticas de encarcelamiento masivo ayudaron a las bandas a reclutar nuevos miembros entre rejas, mientras que la desmovilización en 2017 de la poderosa guerrilla colombiana de las FARC permitió a las bandas ecuatorianas llenar el vacío en el tráfico de cocaína desde Colombia a los puertos de Ecuador, según analistas.
Con 30.000 pandilleros estimados en todo el país, muchos delincuentes encarcelados han podido utilizar su influencia fuera de los muros de la prisión para controlar a sus carceleros. “La intimidación ha sido utilizada [por los miembros de las bandas para obligar al personal penitenciario a llevar a cabo] actividades ilícitas solicitadas por los delincuentes, que amenazaban con herir a familiares y seres queridos si no lo hacían”, dijo Julio Cesar Ballesteros, que fue subdirector general del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI) y viceministro de Rehabilitación Social durante la presidencia de Lenín Moreno.
Ballesteros declaró a CNN que la corrupción era inevitable porque los guardias de prisiones estaban mal pagados, tenían exceso de trabajo y se enfrentaban a condiciones terribles, en las que el hacinamiento significaba que “no había suficientes guardias para el número de presos”.
El hacinamiento crónico de las prisiones ecuatorianas impulsó la violencia. Algunos presos contaron anteriormente a CNN que la gente tenía que dormir en pasillos sin colchones y, según datos del SNAI, las cárceles tenían entre 3.250 y 4.150 personas por encima de su capacidad el año pasado.
Pandillas, pistoleros y carteles desbocados: mientras el terror se apodera de las calles de Ecuador, hasta las fuerzas armadas viven atemorizadas
Ballesteros añadió que los grupos del crimen organizado “controlaban absolutamente todo” en los centros penitenciarios. “Las cárceles ya no son administradas por el Estado, desde adentro los delincuentes tomaron el control… muchos funcionarios penitenciarios, incluso altos mandos, fueron sometidos, ya sea por chantaje o amenazas, por lo que miraron para otro lado y permitieron la actividad ilícita”.
En un caso, una investigación realizada el año pasado por la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, reveló el plan de un destacado narcotraficante encarcelado para sobornar al personal de la prisión con hasta US$ 3.000 a cambio de que trajeran cerdos para una fiesta del “día del preso”.
Mensajes compartidos por la oficina de Salazar muestran al traficante jactándose: “Es como si yo fuera el director aquí”, en mensajes enviados a conocidos fuera de la prisión.
Es parte de un patrón en toda la región, dicen los expertos. “El sistema penitenciario en América Latina ha sido durante mucho tiempo la incubadora, el centro de entrenamiento y el cuartel general de algunos de los grupos criminales más poderosos de América”, dijo a CNN Jeremy McDermott, cofundador del grupo de reflexión InSight Crime. “Y, por eso, no sorprende que esto se replique en Ecuador”.
Fotografía difundida por las Fuerzas Armadas del Ecuador que muestra a Adolfo Macías, alias Fito, líder de la banda criminal Los Choneros, mientras es trasladado al complejo de máxima seguridad La Roca el 12 de agosto de 2023. (Crédito: Fuerzas Armadas del Ecuador/AFP/Getty Images)
Baladas de drogas y peleas de gallos
Macías es uno de los mafiosos más conocidos de Ecuador y es el único miembro fundador de Los Choneros que se cree que sigue vivo. En 2011 fue condenado “por una serie de delitos, incluidos homicidios y narcotráfico”, según el centro de investigación del crimen Insight Crime, pero salió de la cárcel en febrero de 2013 antes de ser recapturado meses después.
Poco se sabe de su vida antes de delinquir, pero este hombre de 44 años se ganó la reputación de ser el experto en lavado de dinero de la banda mientras estuvo encarcelado durante más de una década. Se cree que Los Choneros y su principal rival, Los Lobos, están aliados con cárteles de la droga mexicanos en una guerra por el dominio del tráfico de drogas en Ecuador. Los Lobos vieron una oportunidad en medio de una violenta lucha de poder en Los Choneros cuando Macías se convirtió en su líder en 2020, dicen los expertos.
¿Quiénes son Los Choneros, la banda criminal de alias Fito?
Las luchas internas de Los Choneros ese año, así como su guerra territorial con Los Lobos, coincidieron con una explosión de violencia en las cárceles y el aumento de la tasa de homicidios en Ecuador, lo que hizo de Macías un nombre familiar en Ecuador.
Más de 300 personas murieron en las cárceles en 2021, algunas de ellas decapitadas en horribles masacres en las que los reclusos iban armados con armas automáticas e incluso granadas. El derramamiento de sangre y las rivalidades continúan hoy en día, dijo González.
Más allá de los muros de la prisión, la inseguridad económica del país ha empujado a muchos ecuatorianos a la delincuencia o ha obligado a otros a huir del país.
La prisión de La Regional, donde Macías estaba encarcelado antes de su última fuga, es una de las cinco instalaciones que componen un gran complejo penitenciario en Guayaquil, una ciudad portuaria y popular ruta de tránsito para la cocaína que sale del país y que ha sido escenario de algunos de los episodios más sangrientos de violencia entre bandas rivales.
En un video musical compartido en internet el año pasado, se puede ver al líder de Los Choneros acariciando a un gallo, al parecer dentro del complejo penitenciario de Guayaquil. En la balada sobre drogas, cantada por el Mariachi Bravo, también aparece la hija de Macías, Michelle. CNN se puso en contacto con el SNAI para preguntar cómo el Mariachi Bravo pudo grabar al famoso recluso.
Las acusaciones de corrupción han girado en torno a la lujosa situación de Macías en la cárcel, especialmente sobre por qué pudo permanecer en una prisión de seguridad media en lugar de en un centro penitenciario de máxima seguridad.
Al anunciar este mes las sanciones impuestas por Estados Unidos a Los Choneros y a Macías, el Departamento del Tesoro estadounidense afirmó que el líder de la banda “gozaba de acceso a teléfonos móviles y a internet, lo que le permitía seguir dirigiendo las actividades de Los Choneros y publicar comunicaciones externas”.
Una fuente militar dijo a CNN que Macías disfrutaba de las peleas de gallos mientras estaba en prisión, y que su habitación fue ampliada hasta ser tan grande como dos celdas de la cárcel. El capo de la droga también pudo recibir la visita de una serie de mujeres mientras estuvo encarcelado, dijo la fuente.
No era ningún secreto que Macías vivía con relativo lujo en comparación con el recluso promedio. Según Ecuavisa, afiliada de CNN, que mostró imágenes de un espectáculo de fuegos artificiales en su prisión y música a todo volumen que emanaba del recinto, Macías celebró su cumpleaños número 42 con gran fanfarria. Una imagen del evento mostraba al capo posando delante de lo que parecía ser una tarta de cumpleaños.
“No se lo digan a Fito”
En diciembre, el recién investido presidente de Ecuador, Daniel Noboa, bromeó durante una entrevista con los medios estatales diciendo que la celda de Macías tenía más enchufes “que una habitación del Marriott”. Al preguntársele cuál era el plan de su Gobierno para hacer frente a las cárceles sin ley, Noboa respondió: “Hay un lindo plan, no se lo digan a Fito, no se lo digan todavía”.
El Gobierno había planeado trasladar a Macías a una prisión de alta seguridad. Pero se cree que Macías fue avisado con antelación, lo que propició su fuga en enero. Por esas mismas fechas, su mujer y sus hijos viajaron a la ciudad argentina de Córdoba, donde se establecieron en una casa recién comprada, según funcionarios argentinos.
“Nuestra teoría es que había una planificación previa para comprar la casa, sacar a la familia [de Ecuador] y, una vez fuera, fugarse de la cárcel”, señaló la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich. La familia fue expulsada dos semanas después de su llegada, según funcionarios argentinos.
Se desconoce cómo y cuándo escapó Macías. Pero el secretario de prensa del presidente de Ecuador cree que el líder de Los Choneros fue informado de un inminente traslado de prisión.
“Sí, hubo una fuga, lo más probable es que haya habido una fuga”, dijo Roberto Izurieta al canal ecuatoriano Teleamazonas.
CNN se puso en contacto con el SNAI para obtener sus comentarios.
Tras conocerse la fuga de Macías, la violencia estalló en Ecuador y el presidente Noboa declaró el estado de excepción el 8 de enero. La Policía y el personal de prisiones fueron tomados como rehenes, se produjeron explosiones en varias ciudades, un estudio de televisión fue tomado por pistoleros, un fiscal que investigaba a las bandas fue asesinado y el presunto líder de la banda rival Los Lobos, Fabricio Colón Pico, se fugó de la cárcel con docenas de presos.
Noboa también declaró la guerra a las bandas, a las que describió como “grupos narcoterroristas” que cuentan con el apoyo de cárteles extranjeros. La ofensiva en curso, en la que se ha desplegado el ejército para ayudar a la desbordada Policía ecuatoriana, ha dado lugar a más de 5.000 detenciones.
Pero los expertos se preguntan si esta militarización funcionará como solución a largo plazo contra las bandas criminales cuando las causas profundas de la violencia en Ecuador –corrupción sistémica, instituciones estatales débiles y estar enclavado entre algunos de los mayores productores de cocaína del mundo– no han cambiado.
Hoy, los soldados rodean los muros exteriores del complejo penitenciario de Guayaquil del que se fugó Macías. Como parte de la ofensiva, Noboa prometió construir aún más prisiones.
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