Un yacimiento de Pompeya revela la receta del hormigón romano y contradice lo escrito por un famoso arquitecto
Por Taylor Nicioli, CNN
Junto con muchas otras innovaciones, el Imperio romano revolucionó la arquitectura con características nunca antes vistas, como arcos de gran escala y techos abovedados. Y muchas de estas estructuras todavía se mantienen en pie hoy, a pesar de tener más de 2.000 años de antigüedad.
Nada de esto habría sido posible sin el material de construcción infalible de los romanos: el concreto autorreparable. Ahora, un antiguo sitio de construcción ha revelado la receta para crear esta resistente base.
En el momento en el que el monte Vesubio hizo erupción en el año 79 d.C., cubriendo Pompeya con hasta 6 metros (19,7 pies) de ceniza volcánica, los trabajadores de la construcción estaban en proceso de reparar y renovar una casa. Investigadores internacionales excavaron el sitio en 2023, revelando algunas paredes terminadas y otras a medio construir, así como materiales en bruto y herramientas.
“Cuando entré en este sitio arqueológico en Pompeya, todo era tan vívido y también estaba perfectamente preservado, que se podía reconstruir claramente lo que sucedía allí”, dijo Admir Masic, profesor asociado de Ingeniería Civil y Ambiental en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) y autor principal de un nuevo estudio que documenta el descubrimiento. “Están congelados en el tiempo. Es literalmente una cápsula del tiempo”.
Los hallazgos, publicados el 9 de diciembre en la revista Nature Communications, son la evidencia más clara de los procesos de mezclado que los antiguos romanos usaban para crear concreto, según un comunicado del MIT, y permiten a los investigadores “llegar a conclusiones que antes no podíamos hacer, o al menos no con esta certeza sobre la tecnología romana”, dijo Masic a CNN.
Aproximadamente un tercio de Pompeya aún queda por excavar, lo que permite a los científicos seguir realizando nuevos descubrimientos sobre el modo de vida romano antiguo. El sitio de construcción activo descrito en el nuevo estudio fue investigado por primera vez a fines de la década de 1880, pero las excavaciones se detuvieron y no se reanudaron hasta 2023. Fue entonces cuando el equipo de Masic se dio cuenta de la magnitud de su descubrimiento.
“Esto es típico de Pompeya. Los arqueólogos van poco a poco, ya sabes, descubriendo partes”, dijo Masic. “Creo que existe un tipo de estándar, una manera muy cautelosa de excavar, porque una vez excavado, realmente rompes esa cápsula del tiempo y las cosas comienzan a degradarse. […] Básicamente quitas esa protección que asegura que todo esté perfectamente preservado”.
Después de las excavaciones, los autores del estudio realizaron análisis sobre la evidencia hallada en el sitio, incluyendo montones de materiales secos mezclados que los constructores habían estado usando para crear el concreto, una pared que estaba en proceso de construcción y otras paredes estructurales que ya estaban terminadas.
Pero este descubrimiento no fue el primero que hizo Masic sobre la receta del concreto romano. Un artículo que él publicó en 2023 analizó muestras de una muralla de la ciudad de 2.000 años de antigüedad en el sitio arqueológico de Privernum, en el centro de Italia. En ese artículo, identificó clastos de cal en la muralla: pequeños trozos blancos de mineral que le dan al concreto una capacidad de autorreparación. Cuando se formaban grietas, se podía añadir agua o lluvia, lo que disolvía la cal, permitiendo que el mineral llenara y sellara las fracturas al secarse y recristalizarse.
Masic y su equipo determinaron que estos minerales se añadieron mediante un proceso conocido como “mezclado en caliente”, en el cual los fragmentos de cal se combinaban con ingredientes secos como ceniza volcánica. Luego, se añadía agua, lo que producía una reacción química que generaba calor y atrapaba los clastos de cal en el concreto.
Sin embargo, el equipo de Masic al principio no estaba seguro de si la muralla de la ciudad era representativa de toda la arquitectura romana, ya que la receta del concreto difería de la descrita en el manuscrito del siglo I “De architectura” del famoso arquitecto romano antiguo Vitruvio.
Vitruvio describió que se añadía agua a la cal antes que cualquier otro material, en lugar del método de mezcla en caliente. Sin embargo, el sitio de construcción recién excavado muestra que los materiales se mezclaban cuando estaban secos, lo que confirmó que los romanos habían utilizado el proceso de mezcla en caliente en lugar del método de Vitruvio, según el estudio.
“Es realmente difícil pensar que Vitruvio estaba equivocado. Y respeto a Vitruvio, y él inspiró literalmente todo mi trabajo”, dijo Masic. Agregó que es posible que el método de Vitruvio se haya utilizado en otros lugares a lo largo del Imperio romano, o que los eruditos hayan malinterpretado sus escritos o no los hayan examinado completamente.
John Senseney, profesor asociado de Historia Antigua en la Universidad de Arizona en Tucson, dijo que no le sorprende que los métodos de Vitruvio no sean representativos del proceso utilizado en el sitio de construcción.
“Esperar que los descubrimientos científicos se ajusten a lo que escribe Vitruvio sería un error. El corpus de Vitruvio fue, de hecho, autoritativo para los arquitectos humanistas durante el Renacimiento, más de 1.000 años después, pero sería difícil encontrar mucho en los edificios de la época imperial romana que refleje sus prescripciones. Si los constructores romanos tenían algún conocimiento detallado de lo que él escribió, invariablemente lo descartaban”, dijo Senseney en un correo electrónico. Él no participó en el nuevo estudio.
“Descubrimientos como este arrojan luz sobre las increíbles contribuciones de los trabajadores comunes e incluso personas esclavizadas en la historia antigua, lo cual es muy difícil de apreciar directamente en los escritos de autores de élite”, añadió Senseney. Señaló edificios antiguos como el Panteón y el Coliseo que reflejan la “pericia e innovación” de estas personas que eran auténticos expertos en su oficio.
“Estudios como este nos permiten verlos a ellos y las maravillas que le dieron a su mundo, y a nosotros a cambio. Cuando reconocemos eso, somos más capaces de apreciar los logros sorprendentes que las personas comunes hacen posibles en nuestro propio mundo”, dijo Senseney.
Masic dijo que espera que el descubrimiento inspire a otros académicos a investigar más acerca de la obra de Vitruvio en relación con la arquitectura romana que aún se conserva hoy. También quiere examinar cómo los procesos antiguos podrían trasladarse y posiblemente mejorar las prácticas modernas.
“Nunca olvidaré poder simplemente abrir una cápsula del tiempo y viajar en el tiempo y sentir que estoy en el año 79 d. C., viendo a las personas hacer su concreto”, dijo.
“Eso es lo que realmente me fascina al analizar esto, particularmente cuando se trata del concreto romano antiguo y la infraestructura que los romanos construyeron y que todavía está en pie después de 2.000 años — no estoy seguro de cuántas de nuestras cosas seguirán existiendo dentro de 2.000 años a partir de ahora”.
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