La respuesta del CEO de la empresa tecnológica que ayudó a encontrar al sospechoso de Brown ante preocupaciones de privacidad
Por Clare Duffy, CNN
El jueves por la tarde en la ciudad de Nueva York, me reuní con Garrett Langley, CEO de Flock Safety. Nos encontramos para hablar sobre la expansión de la empresa, que pasó de fabricar cámaras para leer matrículas a construir drones para las fuerzas del orden, y sobre las recientes preocupaciones sobre la privacidad vinculadas a la tecnología de Flock.
Solo unas horas después, el jefe de Policía de Providence, Oscar Perez, atribuyó a las cámaras y a la tecnología de Flock el mérito de haber logrado localizar al sospechoso del tiroteo en la Universidad de Brown.
Para Langley, la situación puso de manifiesto el valor y la importancia de la tecnología de Flock, a pesar de las crecientes preocupaciones sobre la privacidad que han llevado a algunas jurisdicciones a cancelar contratos con la empresa.
“Estados Unidos no puede tolerar tragedias como las que vimos en Brown y el MIT la semana pasada”, dijo Langley en una publicación en X tras la noticia. “Tenemos la intención de seguir utilizando la tecnología para garantizar que nuestras fuerzas del orden estén capacitadas para hacer su trabajo”.
Langley me dijo el jueves que su motivación para fundar Flock fue brindar mayor seguridad a los estadounidenses. Su objetivo es disuadir el crimen convenciendo a los posibles delincuentes de que serán capturados.
“Creo que hoy corremos el riesgo, como país, de que una generación de personas no crea que Estados Unidos funciona para ellos porque no se sienten seguros, porque en algunas comunidades… no se sienten seguros”, dijo Langley. “Es demasiado fácil salirse con la suya si cometes un delito en Estados Unidos”.
Flock es una empresa de tecnología de seguridad que trabaja con agencias policiales locales y empresas privadas. La empresa, con sede en Atlanta y fundada en 2017, anunció en marzo que estaba valorada en US$ 7.500 millones tras su última ronda de financiación de US$ 275 millones de importantes inversores de Silicon Valley, entre los que se incluyen Andreessen Horowitz y Founders Fund, respaldados por Peter Thiel.
Su producto estrella es una cámara para exteriores, conocida como cámara LPR, que puede leer matrículas e identificar otros detalles de los vehículos que pasan. El sistema de inteligencia artificial de Flock permite a la Policía buscar un coche específico en su red de grabaciones. Alrededor de 6.000 agencias policiales en todo Estados Unidos utilizan las cámaras LPR.
Así fue como la Policía de Providence localizó a Claudio Neves Valente, de 48 años, quien, según la Policía, fue responsable tanto del tiroteo en Brown como del asesinato de un profesor del MIT días después. Pérez contó cómo introdujo la descripción del vehículo de Valente en el sistema de Flock. Una de las cámaras de Flock había detectado el coche recientemente, lo que ayudó a la Policía a localizarlo.
Flock activó capacidades adicionales de inteligencia artificial que no formaban parte del contrato de la Policía de Providence con la empresa para colaborar en la búsqueda, según declaró un portavoz de la compañía a CNN, incluyendo una función que puede identificar el mismo vehículo basándose en su descripción, incluso si se han cambiado las matrículas.
La empresa ha recibido críticas de algunos defensores de la privacidad y grupos comunitarios que temen que sus redes de cámaras recopilen demasiada información personal de los ciudadanos y que esta pueda ser utilizada indebidamente. Tanto la Electronic Frontier Foundation como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) han instado a las comunidades a no colaborar con Flock.
“Las legislaturas estatales y los gobiernos locales de todo el país deben promulgar protecciones sólidas y significativas para nuestra privacidad y nuestro estilo de vida frente a este tipo de sistemas de vigilancia hecha con inteligencia artificial”, escribió Jay Stanley, analista sénior de políticas de la ACLU, en una publicación de blog en agosto.
Flock también fue objeto de escrutinio en octubre cuando anunció una asociación con el sistema de cámaras para timbres de puertas Ring, de Amazon, que permite a las agencias de seguridad pública solicitar grabaciones de video a los clientes de Ring. Ring ya había recibido críticas por su colaboración con las fuerzas del orden, aunque su política de compartir videos con la Policía se ha modificado en los últimos años.
Aunque el negocio de Flock sigue creciendo, varias ciudades han dejado de trabajar con la empresa. La Policía de Redmond, en Washington, suspendió el funcionamiento de las cámaras de Flock en su ciudad a principios de este año tras un informe que revelaba que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) habían utilizado datos de las cámaras para fines de deportación. Y la ciudad de Cambridge, Massachusetts, cerca de donde fue asesinado el profesor del MIT, rescindió su contrato con Flock a principios de este mes, debido a las preocupaciones de la comunidad sobre la privacidad.
Flock afirma que no puede controlar que las fuerzas del orden locales compartan datos de sus cámaras con agencias federales. Cuando le pregunté sobre las preocupaciones generales sobre la vigilancia, Langley me dijo que correspondía a la Policía tranquilizar a las comunidades y asegurarles que las cámaras se usan de forma responsable.
“Si (la gente) está preocupada por la privacidad, un lector de matrículas es la forma más tonta de hacer vigilancia. Tienen un teléfono móvil. Un teléfono móvil sabe su ubicación exacta en todo momento”, dijo. “Si no confían en que las fuerzas del orden hagan su trabajo, en realidad eso es lo que les preocupa, y yo no puedo cambiar eso”.
Langley añadió que Flock ha incorporado algunas salvaguardas en su tecnología, incluyendo registros de auditoría que muestran cuándo se accedió a los datos. Señaló un caso en Georgia donde esa auditoría reveló que un jefe de Policía estaba utilizando datos de cámaras LPR para acosar a personas. El jefe renunció, fue arrestado y acusado en noviembre.
“Tenemos que proporcionar a las fuerzas del orden las herramientas para hacer su trabajo, y también debemos exigirles que rindan cuentas y que no infrinjan la ley”, dijo Langley.
Más recientemente, la compañía lanzó un servicio de “drones como primeros auxilios”, donde los agentes de la ley pueden enviar un dron equipado con una cámara, cuyas imágenes también se pueden buscar mediante IA, para evaluar la escena de una llamada de emergencia antes de que lleguen los agentes. Los sistemas de drones de Flock completaron 10.000 vuelos solo en el tercer trimestre de 2025, según la compañía.
Los drones podrían ayudar a las fuerzas del orden y a las agencias de seguridad pública, que ya tienen problemas de falta de personal, a responder de forma más rápida y eficaz a las llamadas de emergencia, dijo Langley.
Le pregunté qué les diría a las comunidades que ya están preocupadas por la vigilancia de los lectores de matrículas y que podrían desconfiar de los drones equipados con cámaras que también sobrevuelan sus cabezas. Afirmó que las ciudades pueden establecer sus propias limitaciones en el uso de drones, como utilizarlos únicamente para responder a llamadas de emergencia al 911 o mantener las cámaras de los drones apuntando al horizonte durante el vuelo hasta llegar al lugar de los hechos. Añadió que los drones vuelan a más de 120 metros de altitud.
“Mi filosofía como CEO de Flock es la siguiente: nadie me eligió presidente, nadie me eligió jefe de Policía de Estados Unidos”, declaró Langley. “Mi trabajo es desarrollar las herramientas y establecer las pautas para su implementación en diferentes ciudades”.
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