“Nadie se fía de nada que salga de la boca de los talibanes”. Tres mujeres hablan sobre cómo es Afganistán bajo el gobierno del grupo militante
Mariana Toro
(CNN) — Desde que los talibanes subieron al poder en Afganistán y se apoderaron de las capitales de provincia a la velocidad del rayo, ha sido difícil hacerse una idea de cómo es la vida de los afganos fuera de la capital, Kabul. Especialmente para las mujeres.
El jueves, CNN se comunicó con tres mujeres, todas en sus veinte y bien educadas, para tener una idea de cómo se han visto afectadas sus vidas por el rápido cambio de régimen y cómo se sienten sobre su futuro bajo el gobierno de los talibanes.
Las tres eran niñas cuando los talibanes tenían el control anteriormente, antes de ser destituidos del poder en 2001. CNN no usa sus nombres, por su seguridad.
Huyeron a Kabul
Familias afganas desplazadas internamente, que huyeron de Kunduz, Takhar y la provincia de Baghlan debido a los enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas, se muestran en Kabul el 11 de agosto.
Una mujer se ha refugiado en Kabul con su familia desde que un misil golpeó su casa en la ciudad norteña de Kunduz.
“Kunduz no es un lugar para estar en este momento. Nadie debería estar allí”, dijo.
“Estoy conectada con muchos de mis antiguos colegas que todavía están atrapados en Kunduz. Las mujeres no salen de sus hogares; todas se quedan en casa”, agregó.
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“Quienes tenían trabajo tienen miedo de salir. Todas temen la posibilidad de que los talibanes las detengan afuera o pongan sus vidas en algún tipo de peligro”.
Hizo una distinción entre cualquiera que trabajara independiente y aquellas que tenían una conexión con el gobierno anterior.
“Aquellas que trabajaban de forma independiente no ven un gran cambio. Continúan su trabajo en casa, son autónomas. Las empleadas del gobierno, por otro lado, están todas en casa y no pueden volver a trabajar a pesar de que los talibanes anuncian que son libres de volver”, dijo.
“La cosa es que nadie se fía de nada que salga de la boca de los talibanes”.
“Dudo mucho que los talibanes hayan cambiado. No tienen los mismos valores que el pueblo afgano. Para ellos, la democracia está fuera de la mesa. Creemos que los talibanes están montando una fachada porque la comunidad internacional y las Naciones Unidas los están observando de cerca”, dijo en una nota de voz a CNN.
“Estoy tratando de ver cómo puedo salir del país por completo a través de ONG y agencias humanitarias”, agregó. “Desafortunadamente, nadie me ha ayudado en esta área”.
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Atascadas en Kunduz
Tiendas dañadas después de los enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas de seguridad afganas en Kunduz, norte de Afganistán, el 8 de agosto de 2021.
En la mayoría de las provincias alejadas de Kabul, la vida ya es bastante dura. Las mujeres son desatendidas debido a la falta de oportunidades y recursos disponibles para ellas, y la presión de los talibanes solo se suma a sus ya crecientes desafíos.
En Kunduz, una ciudad de unas 350.000 personas, otra entrevistada le dijo a CNN que está estresada por satisfacer las necesidades básicas de supervivencia. Su padre solía trabajar para las Naciones Unidas. Ahora está sin trabajo.
“Nos preocupa principalmente la comida y el agua y dónde obtener acceso a esas necesidades”, dijo.
Ella describió la ciudad como tranquila, pero tensa.
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“En este momento está tranquilo, pero la gente está preocupada. La gente aquí ha perdido la tranquilidad, está estresada. Los talibanes están diciendo que las niñas pueden volver a la escuela, pero una vez que lo hacen, [los talibanes] se quejan de que deben ser acompañadas por un pariente masculino. Las niñas ya no pueden salir solas, necesitan un acompañante masculino”, dijo.
Para ella, un incidente encapsula el cambio sísmico en Afganistán.
“El otro día, una de nuestras maestras regresó a la escuela y se subió a un bicitaxi para llegar allí. En Kunduz, es muy común viajar en bicitaxi. Sin embargo, los talibanes los detuvieron y golpearon al conductor por transportarla sin un acompañante masculino. Esto es con lo que estamos lidiando actualmente”, dijo.
En última instancia, no se siente segura y querría irse de Afganistán, si pudiera.
“Quiero irme de Kunduz y salir del país para estar segura. Soy periodista local aquí, y mi única esperanza son las organizaciones que están dispuestas a ayudar a los periodistas a huir. Les he enviado correos electrónicos a todos, pero no he recibido nada”.
Conmoción en Herat
Combatientes talibanes patrullan las calles de Herat el 14 de agosto.
La ciudad de Herat es la tercera más grande de Afganistán, con una población de más de 500.000 habitantes. Situada en el camino a Irán, es un centro histórico y cultural.
“Todo el mundo está en estado de shock total”, dijo una tercera mujer. “La caída del gobierno de Ghani y la formación de un nuevo régimen bajo el gobierno de los talibanes ha llevado a muchas preguntas en la mente de la gente”.
Ella tiene una perspectiva diferente a la de las demás.
“Los talibanes están dando esperanza a toda nuestra población de que pueden liderar con paz y estabilidad. La presencia de los talibanes en ciudades como Herat y Mazar-i-Sharif es fuerte en comparación con Kabul”.
“Todo el mundo está esperando ver qué leyes y reglas están planeando los talibanes para la gente. Para los hombres, este tema quizá no sea tan preocupante, pero las mujeres están estresadas y se preguntan: ¿realmente volveremos a los 90 después de 20 años de tanto trabajo duro y progreso? ¿O será la situación mejor esta vez?”, se pregunta.
“Aunque los hombres no sienten el mismo nivel personal de ansiedad que las mujeres, están preocupados. Los hombres están preocupados por el futuro de sus esposas e hijas, especialmente aquellos que tienen hijas pequeñas”, dijo.
Sin embargo, al igual que los demás, dijo que la gente está asombrada por el ritmo de los acontecimientos.
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“La gente ha experimentado una conmoción extraña, sin darse cuenta del futuro de ellos mismos y de su país. Todos me dicen que un futuro incierto fuera del país es mucho mejor en lugar de un futuro incierto dentro del país. Por eso la gente está buscando cualquier excusa para irse. Este es el nivel de desesperación de mi gente”.
Y, de nuevo, quienes tienen alguna conexión con el gobierno anterior son los que más tienen que temer, cree, sean cuales sean las promesas hechas por los talibanes sobre una amnistía general.
“En Herat, los talibanes van de puerta en puerta dentro de las casas de la gente, especialmente en las casas de aquellos que están conectados con los soldados de la ANDSF [Fuerzas Especiales Afganas]”.
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