Prácticamente, el único empleo que pueden tener las mujeres afganas en el gobierno de Kabul es limpiando baños, dice el alcalde en funciones
Alexandra Ferguson
(CNN) — Las empleadas del gobierno de la ciudad de Kabul han recibido la orden de quedarse en casa, y solo las mujeres cuyos empleos no pueden ser realizados por hombres pueden acudir al trabajo, de acuerdo con las restricciones más recientes impuestas por los talibanes en Afganistán. La orden, anunciada el domingo por el alcalde en funciones de Kabul, Hamdullah Nohmani, significa en la práctica que las mujeres tienen prohibido trabajar en el gobierno de la capital afgana. Uno de los únicos trabajos que las mujeres pueden hacer para el gobierno de Kabul es limpiar los baños femeninos, según el anuncio.
La orden deja a cientos de mujeres sin empleo. Nohmani dijo que hay 2.930 personas trabajando para el municipio, de las cuales el 27% son mujeres.
El miedo aumenta para las mujeres y las niñas en Afganistán después de que los talibanes tomaran el control del país el mes pasado. A pesar de las repetidas garantías de respetar los derechos de las mujeres, la orden sobre las empleadas del gobierno es la última señal de que las libertades de los últimos 20 años están llegando a su fin.
Mujeres afganas recurren a las redes sociales con el atuendo tradicional días después de la manifestación pro talibán
Desde la toma del poder, se ha ordenado a las mujeres que abandonen sus empleos en algunas zonas, se han introducido restricciones a la educación de las niñas y las mujeres, y éstas han quedado completamente excluidas del nuevo gobierno de línea dura del país.
La última vez que los talibanes estuvieron en el poder, entre 1996 y 2001, el grupo militante prohibió a las mujeres y las niñas la educación y el trabajo, les impidió salir de casa sin compañía y las obligó a cubrirse todo el cuerpo.
Mujeres afganas conversan con un militante talibán mientras sostienen pancartas durante una manifestación para exigir mejores derechos para las mujeres frente al antiguo Ministerio de Asuntos de la Mujer en Kabul, el 19 de septiembre.
“Al principio permitíamos que todas ellas estuvieran presentes en sus obligaciones, pero luego el Emirato Islámico decidió que era necesario que detuvieran sus trabajos por algún tiempo”, dijo Nohmani, utilizando el nombre oficial de los talibanes. “Entonces solo permitimos a las mujeres que necesitamos, es decir, para los trabajos que los hombres no podían hacer, o que no son un trabajo de hombres… Por ejemplo, hay baños públicos femeninos en los bazares”.
Añadió que su trabajo lo harán ahora los hombres, y “hasta que la situación se normalice, les pedimos que se queden en casa”.
Sus declaraciones se producen el mismo día en que las activistas por los derechos de las mujeres exigieron en sus protestas del domingo la educación de las niñas y la participación de las mujeres en el gobierno.
Las mujeres se manifestaron ante un edificio de Kabul que en su día albergó el Ministerio de Asuntos de la Mujer de Afganistán. Ese edificio es ahora la sede del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio bajo los talibanes, según un nuevo cartel colocado en el exterior y visto por un equipo de CNN que se encuentra en la ciudad el viernes.
Mujeres protestan en Kabul, la capital afgana controlada por los talibanes
La marcha del domingo fue organizada por el Partido Movimiento por el Cambio, un movimiento de la sociedad civil de mujeres dirigido por Fawzia Koofi, exlegisladora afgana, negociadora de la paz y activista de los derechos de la mujer.
“Los talibanes, durante y antes de las negociaciones, dijeron en sus declaraciones que las mujeres tienen derecho a trabajar y estudiar según la ley islámica, pero hoy lo que está ocurriendo en Afganistán va en contra de las promesas que hicieron los talibanes y de los valores islámicos”, dijo Koofi por conferencia web desde fuera de Afganistán. “Cómo se está prohibiendo a una generación leer y escribir, no es un asunto social que se prohíba a un grupo de humanos el estudio, la vida y la libertad”.
La protesta se produjo después de que los talibanes anunciaran nuevas restricciones para las mujeres y las niñas. Hace una semana, el Ministerio de Finanzas de Afganistán, ahora bajo control talibán, emitió un aviso en el que se ordenaba a sus empleadas que no volvieran a trabajar “hasta que se organizara un entorno laboral adecuado”.
Afganistán es ahora uno de los pocos países sin mujeres en los altos cargos del gobierno
Y el viernes, el Ministerio de Educación ordenó a los estudiantes y profesores de secundaria varones que se presentaran en sus escuelas el sábado. El anuncio no mencionaba a las alumnas, lo que sembró el temor de que las niñas quedaran de nuevo excluidas de la educación secundaria.
Sin embargo, los talibanes negaron las afirmaciones de que las mujeres afganas fueran a ser excluidas de las escuelas secundarias, afirmando que necesitaban establecer un “sistema de transporte seguro” para las estudiantes antes de permitirles volver a las aulas.
En declaraciones a CNN el sábado, el portavoz talibán Zabiullah Mujahid dijo que las mujeres podrán estudiar. “Hay ciertas reglas durante su tiempo de clase que deben ser obedecidas para que puedan estar sanas y salvas”, dijo.
Mujahid reiteró las declaraciones anteriores de los talibanes: “Estamos comprometidos con los derechos de las mujeres”, según la interpretación que el grupo hace de la sharía.
¿Qué significa para las mujeres y las niñas que los talibanes hayan tomado el control de Afganistán?
Sin embargo, la activista Koofi dijo que las acciones de los talibanes hasta ahora indican que “todavía no creen en los derechos de las mujeres” y pidió a la comunidad internacional y a la ONU que presionen a los talibanes para que den marcha atrás en su decisión de línea dura.
“Hoy escuchamos que a las niñas no se les permite recibir educación, que las puertas de las oficinas se les cierran en las narices, que no hay ninguna representante femenina en la dirección política”, dijo. “Deberían saber que solo con el respeto y la participación de las mujeres se puede vivir en paz en este mundo”.
— Kareem Khadder escribió desde Jerusalem e Ingrid Formanek desde Kabul. Con reportaje adicional de Nic Robertson, Taylor Barnes e Ivana Kottasová de CNN.
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