Científicos afirman que las temperaturas están “aumentando más rápido” de lo que sus instrumentos pueden calcular
Alexandra Ferguson
Londres (CNN) — La reciente ola de calor en el Reino Unido fue el “Great British Bake Off” que nadie deseaba, y se hizo al menos 10 veces más probable por el cambio climático causado por el hombre, según un nuevo análisis.
Pero el proyecto World Weather Attribution (WWA), autor del análisis, también señala que es probable que sus resultados sean una subestimación, advirtiendo que las herramientas de los científicos tienen limitaciones y están creando un punto ciego sobre el papel que desempeña el ser humano en las olas de calor.
Las olas de calor son cada vez más frecuentes y largas en todo el mundo, y los científicos afirman que el cambio climático provocado por el hombre influye en todas ellas.
La pregunta más difícil de responder es: “¿En qué medida?”.
Existe una probabilidad de 50/50 de que el mundo sobrepase el umbral crítico de calentamiento global en los próximos cinco años
Para determinar la influencia humana en el calor extremo, los científicos utilizan una combinación de observaciones y modelos climáticos, o simulaciones. Aunque los modelos suelen ser conservadores en sus conclusiones, el calor extremo observado en Europa occidental aumentó mucho más de lo estimado por los modelos.
“Mientras que los modelos estiman que las emisiones de gases de efecto invernadero aumentaron las temperaturas en esta ola de calor en 2 ºC, los registros meteorológicos históricos indican que la ola de calor habría sido 4 ºC más fría en un mundo que no se hubiera calentado por las actividades humanas”, dijo WWA en un comunicado de prensa.
“Esto sugiere que los modelos están subestimando el impacto real del cambio climático provocado por el hombre en las altas temperaturas del Reino Unido y otras partes de Europa Occidental. También significa que los resultados del análisis son conservadores y que el cambio climático probablemente aumentó la frecuencia del evento en más del factor de 10 estimado por el estudio”.
La semana pasada, el Reino Unido experimentó altas temperaturas que superaron los 40 °C por primera vez en los registros, alcanzando los 40,3 °C en la localidad inglesa de Coningsby, el 19 de julio. El gobierno del Reino Unido emitió su primera alerta de calor extremo de nivel rojo para varias partes de Inglaterra, incluida la capital, Londres.
A medida que las temperaturas se disparaban, las infraestructuras del país se resquebrajaban. Las vías del tren se doblaron; la pista de un aeropuerto se derritió; los bomberos de Londres declararon un “incidente grave” al producirse varios incendios simultaneamente, en lo que, según el servicio, fueron sus días de mayor actividad desde la Segunda Guerra Mundial.
Se aconsejó a la gente que trabajara desde casa, se cerraron algunas escuelas, y los hospitales y servicios de emergencia estuvieron al límite.
El calor extremo impacta a un aeropuerto de Londres 0:42
“En Europa y en otras partes del mundo estamos registrando cada vez más olas de calor que baten récords y provocan temperaturas extremas que se han vuelto más calientes que en la mayoría de los modelos climáticos”, dijo Friederike Otto, del Instituto Grantham para el Cambio Climático del Imperial College de Londres, que dirige el proyecto WWA. “Es un hallazgo preocupante que sugiere que, si no se reducen rápidamente las emisiones de carbono, las consecuencias del cambio climático sobre el calor extremo en Europa, que ya es extremadamente mortal, podrían ser incluso peores de lo que pensábamos”.
Cada fracción de grado de calentamiento global traerá consigo un empeoramiento de los impactos de la crisis climática. El mundo ya se ha calentado en torno a 1,2 °C, de media, y cada vez hay más consenso en que el ser humano debe intentar mantener el calentamiento en 1,5 °C para evitar puntos de inflexión, en los que algunos ecosistemas de los que depende la Tierra para su equilibrio ecológico podrían tener dificultades para recuperarse.
Los científicos afirmaron que los resultados del modelo también indicaron que una ola de calor tan intensa como la de la semana pasada en el Reino Unido es “todavía rara en el clima actual”, con una probabilidad del 1% de que ocurra cada año. Sin embargo, una vez más, los registros meteorológicos sugieren que los resultados de la simulación por computadora son conservadores y que es probable que se produzcan eventos de calor extremo similares con mayor frecuencia.
En respuesta a la publicación del nuevo análisis del WWA, la Dra. Radhika Khosla, de la Oxford Smith School of Enterprise and the Environment, elogió a los científicos por su rapidez.
“Al llevar a cabo un análisis rápido basado en métodos establecidos y revisados por pares, el equipo de la WWA es capaz de hacer públicos los resultados basados en la evidencia mientras todos podemos recordar todavía los grandes trastornos del calor extremo de la semana pasada. Este es el último de una serie de estudios que muestran el mismo resultado: el cambio climático hace que las olas de calor sean más probables y más intensas”, dijo Khosla.
“El nivel de calor que experimenta ahora el Reino Unido es peligroso: pone a prueba nuestras infraestructuras, nuestra economía, nuestros sistemas de alimentación y educación, y nuestros cuerpos. Como señala el estudio, muchas viviendas del Reino Unido se vuelven inhabitables con el calor extremo. Adaptarse al aumento de las temperaturas, crear resistencia al calor con enfoques sostenibles y proteger a las personas es una prioridad urgente a medida que las temperaturas sin precedentes se convierten en la norma”.
El norte sufre por un calor sin precedentes. ¿Pasará lo mismo en el verano del sur?
Peter Stott, investigador de la Oficina Meteorológica del Reino Unido, dijo que ésta no será la última vez que el país se vea obligado a enfrentarse a estos extremos.
“Volverán a producirse temperaturas superiores a los 40 ºC, posiblemente en los próximos años y muy probablemente en las próximas décadas”, dijo Stott. “Solo podremos reducir los riesgos de que estos extremos sean cada vez más frecuentes reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero”.
— Angela Dewan y Rachel Ramirez contribuyeron con este reportaje.
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