Los republicanos controlarán la Cámara de Representantes de EE.UU., según proyección de CNN
Andrea Saint Martin
(CNN) — Los republicanos aseguraron su monopolio de poder en el nuevo Washington de Donald Trump, manteniendo su mayoría en la Cámara de Representantes, según proyectó CNN este miércoles, después de ganar bancas en California y Arizona y marcar el comienzo de una nueva era dramática de Gobierno populista de derecha.
El control del Partido Republicano de ambas cámaras del Congreso significa que el presidente electo tendrá camino libre para promulgar una agenda que podría cambiar profundamente a Estados Unidos, incluyendo recortes de impuestos radicales, aplicación de la ley inmigratoria de línea dura y una transformación de la política interna y externa.
El dominio republicano del Capitolio es solo un aspecto de la formidable nueva base de poder de Trump. Un presidente electo que ya creía que tenía un poder casi ilimitado se envalentonará con el fallo de la Corte Suprema del verano pasado que ofrece inmunidad sustancial al comandante en jefe para los actos oficiales realizados en el cargo.
Trump también podría tener la oportunidad en los próximos cuatro años de reemplazar a miembros más antiguos de la Corte, potencialmente extendiendo hasta mediados de siglo la mayoría conservadora que construyó en su primer mandato.
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Y a medida que Trump presenta a su equipo de miembros del gabinete y altos funcionarios de la Casa Blanca, compuesto en gran parte por leales ultra, ya está claro que el 47º presidente de EE.UU. enfrentará pocas de las restricciones que los funcionarios de carrera experimentados intentaron imponer a algunos de sus planes más extravagantes cuando fue el 45º presidente.
El equipo de Trump promete una agresiva agenda en los primeros 100 días para llevar a cabo tanto de su plan “Hacer a Estados Unidos grande de nuevo” a principios del próximo año, después de aprovechar la preocupación del público sobre los altos precios y los inmigrantes indocumentados para ayudar al Partido Republicano a ganar la Casa Blanca, el Senado y ahora la Cámara.
Los republicanos cambiaron el Senado al derrotar a demócratas que defendían estados rojos y, con una carrera pendiente aún por proyectar, controlan 52 escaños. Aunque la obstrucción del Senado significa que se necesitan 60 votos para aprobar la mayoría de la legislación importante, los líderes del partido podrán usar los mismos dispositivos presupuestarios que ayudaron al presidente Joe Biden a aprobar algunas cuestiones importantes.
La victoria del Partido Republicano en la Cámara representa un triunfo para el presidente de la Cámara, Mike Johnson, quien luchó por controlar su conferencia inquieta durante el último año. La Cámara del Partido Republicano a menudo se sumía en el caos y la lucha interna, parte de la cual se agravó por las intervenciones de Trump y el comportamiento de algunos de sus partidarios más vocales. La estrecha mayoría significaba que cualquier miembro podía decidir provocar una revuelta o romper con el liderazgo por interés político personal.
La pregunta ahora será cuán grande se vuelve la mayoría de la Cámara el próximo año y si el Partido Republicano puede ampliar el margen de un puñado de escaños que ha hecho que la gestión de la conferencia sea tan compleja para Johnson. El hecho de que Trump esté en la Casa Blanca con el Partido Republicano en pleno control podría facilitar la unidad el próximo año. Sin embargo, Trump ya está reclutando de la mayoría entrante para sus selecciones de gabinete, y aunque esos miembros provengan de distritos republicanos seguros, sus posibles vacantes podrían durar lo suficiente como para causar dolores de cabeza a Johnson.
Los demócratas habían mantenido esperanzas desvanecidas en los días posteriores a las elecciones de que podrían cambiar la Cámara y crear un único bastión contra el Gobierno de Trump, una hazaña que parecía una posibilidad durante gran parte del año dada la falta de productividad de la Cámara y la lucha de Johnson por afirmar el control. Los demócratas estaban apuntando a republicanos que se sentaban en distritos que Biden ganó hace cuatro años, muchos de los cuales estaban en Nueva York y California. No obstante, con la abrumadora victoria de Trump este año, algunos de esos escaños se volvieron más difíciles de atraer.
Ahora, los demócratas se enfrentan a la monumental tarea de reagruparse antes de las elecciones de medio término en 2026, sin una única plataforma de poder en Washington.
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Los republicanos habían recuperado la Cámara en las elecciones de medio término de 2022 para frenar el mandato de Biden, principalmente al ganar una ráfaga de esos escaños competitivos en Nueva York y California. Los demócratas lograron cambiar varios escaños de Nueva York este año, pero la relativa fuerza de Trump como candidato presidencial republicano en el estado de su nacimiento ayudó a limitar las ganancias demócratas. Los demócratas también fracasaron en derribar algunos otros objetivos clave, como el representante republicano Don Bacon, cuyo distrito en el área de Omaha en Nebraska le dio un voto electoral a la vicepresidenta Kamala Harris. Y el Partido Republicano capturó algunos de sus principales objetivos en Pensilvania y Michigan.
Eso dejó el destino de la Cámara desarrollándose en conteos que se extendieron mucho más allá del día de las elecciones en California, Oregon, Arizona, Iowa y Alaska, entre otros lugares.
Sin embargo, los demócratas mantuvieron algunos de sus escaños más competitivos, como el de la vulnerable representante del estado de Washington, Marie Gluesenkamp Pérez, y estaban esperanzados con otros en Ohio y Maine en territorio fuerte de Trump.
Johnson, quien ascendió de la oscuridad en los escaños traseros a la presidencia de la Cámara después de un colapso del partido tras la destitución del anterior presidente de la Cámara, Kevin McCarthy, en 2023, ancló su estrategia para mantener la cámara —y, si es posible, ampliar su mayoría— en una estrecha alianza con Trump. El republicano de Louisiana viajó al resort Mar-a-Lago del presidente electo para celebrar en la noche de elecciones y su oficina ha estado coordinándose estrechamente con el equipo de transición.
Johnson también ha lanzado formalmente su campaña para seguir siendo presidente. “Para hacer que Estados Unidos sea verdaderamente grandioso de nuevo, deberemos comenzar a entregar para el pueblo desde el primer día. En preparación, hemos trabajado diligentemente durante el último año para estar listos con una lista de prioridades de logros clave en políticas conservadoras que podamos alcanzar juntos con nuestros colegas republicanos del Senado, trabajando codo a codo con la nueva administración Trump”, escribió Johnson en una carta a sus colegas.
El presidente enfrenta también una crisis inminente: la necesidad de aumentar el límite de endeudamiento del Gobierno, quizás a principios del verano, aunque puede haber un apetito limitado por parte de los halcones fiscales en el partido para provocar un enfrentamiento que podría enojar a Trump.
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