El medallista de oro Mark Spitz comparte siete lecciones para sobrevivir a los Juegos Olímpicos
Alexandra Ferguson
(CNN) — Mark Spitz, nueve veces medallista de oro, sabe un par de cosas sobre cómo navegar con éxito por los Juegos Olímpicos como atleta.Spitz, que ahora tiene 71 años, ostentó el récord de siete medallas de oro en unos mismos Juegos cuando se impuso en la piscina de Múnich en 1972, cifra que fue superada por Michael Phelps en 2008.
Eso fue después de que Spitz aspirara a ganar seis oros en los Juegos de la Ciudad de México en 1968, y tan solo consiguiera dos, ambos en relevos, una decepción que, según él, le motivó a conseguir su hazaña de romper el récord cuatro años después.
Aquí, el exnadador del equipo de Estados Unidos esboza las lecciones que aprendió a lo largo de su carrera olímpica.
Spitz (centro) celebra el oro en relevos en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972.
1. Estar preparado, estar motivado y tener suerte
Mucha gente que va a los Juegos Olímpicos ha entrenado toda su vida para hacerlo. Una vez calculé que durante los 13 o 14 años de mi carrera hasta llegar a Múnich, había nadado unos 42.000 kilómetros, suficientes para dar la vuelta al ecuador, a todo el planeta.
Pero también lo hicieron otros 200.000 atletas que eran nadadores en esa época. Entonces, ¿qué me distinguió? Tal vez fue un poco de suerte. Tal vez fue el programa en el que estaba. Quizás fue mi “fracaso” en 1968 lo que me motivó a hacerlo mejor.
El australiano Michael Wenden nada hacia la victoria en los 100 metros libres en los Juegos Olímpicos de 1968 en la Ciudad de México. Spitz, en el carril siete, terminó tercero.
2. La vida en la villa olímpica
Creo que la villa es fantástica, pero muchos de los grandes atletas ni siquiera se quedan allí. Después de competir, quizá vuelvan a la villa… una vez que se hayan asegurado la medalla de oro.
El interior de la Villa Olímpica de Tokio 2020 2:14
3. Cuidado con las distracciones
En la villa olímpica hay un gran ambiente, bueno para entablar amistades. Pero todos están allí para cumplir con un objetivo.
A veces tenía la sensación de que la villa no era para mí, podía distraerme mucho. Esto sin duda fue el caso en 1968, cuando las pruebas de natación se celebraron en la segunda semana. Era joven y perdí parte de mi concentración, me involucré en el intercambio de insignias y en todas las demás cosas.
Sin embargo, ahora es diferente. Los atletas se entrenan para estar atentos, independientemente de cuándo sea su competición.
Spitz compite en nado mariposa en los Juegos Olímpicos de Verano de 1972.
4. Si al principio no tienes éxito…
Frecuentemente pienso en Doug Russell en 1968. Nadó más lento que mi récord mundial en los 100 metros mariposa, pero aun así ganó el oro; yo solo conseguí la plata. Pero su victoria significaba que él tenía que nadar en el relevo de medley, no yo. Así que mi plata me costó potencialmente dos oros.
En mi última prueba, los 200 metros mariposa, podría haber ido dos segundos más lento que mi marca personal y haber ganado el oro, pero fui ocho segundos más lento y terminé en el último lugar. Los 200 metros mariposa fueron mi primera carrera en Múnich y me aseguré de que eso no volviera a ocurrir.
Me llamaron un fracaso y eso me afectó. Así que una mala experiencia puede inspirar a alguien a tener mucho éxito”.
Spitz compite en los Campeonatos del Mundo de Natación de 1982.
5. Un poco de despiste no hace daño…
Mis rivales rusos en Múnich nunca me habían visto nadar en persona y tuvieron la amabilidad de cederme un carril durante una de sus sesiones de entrenamiento.
Sabía que me estaban haciendo fotos, así que empecé a hacer una brazada estúpida que no tenía nada que ver. Me preguntaron si siempre nadaba así y dije “sí”.
Luego me preguntaron si mi bigote me frenaba. Pensaba afeitármelo esa noche, pero me di cuenta de que en realidad desviaba el agua de mi boca y podía bajar mucho la cara y agilizar el cuerpo. Probablemente me retrasó unas centésimas de segundo, pero ganaba por segundos, así que no importaba.
De todos modos, después de eso, decidí mantener el bigote y acabó siendo una marca interesante.
Spitz recibe su medalla de oro en 200 metros mariposa en Múnich.
6. Sé realista
Unos 10.000 atletas acuden a los Juegos de Verano, y hay unas 250 pruebas.
Si se incluyen todos los deportes de equipo, se repartirán unas 1.000 medallas. Eso significa que apenas el 10% de los atletas que compiten van a tener “éxito”.
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Para muchos, el simple hecho de llegar a los Juegos es un logro, pero en realidad solamente un 15% está a la caza de las medallas. Habrá muchas decepciones.
7. Si subes al podio, aprovecha el momento…
Asimílalo todo porque no volverá a ocurrir; en ningún otro momento de tu vida te van a subir a un podio así y no van a tocar tu himno nacional.
Más adelante, tu éxito no se medirá de la misma manera, porque siempre habrá alguien que consiga un mejor acuerdo, un mayor contrato, una mayor adquisición con más dinero.
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Así que, si tienes la suerte de ser una de esas personas, será tan solo por un momento y luego todos los demás seguirán adelante. Tienes que aprender a vivir con eso.
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