Bombardeo de misiles, drones y camuflaje nocturno: Kyiv señala tácticas de Rusia para abrumar sus defensas aéreas
Alexandra Ferguson
Kyiv, Ucrania (CNN) — En los cielos nevados de Ucrania se está desarrollando una estrategia mortal.
Rusia comenzó el nuevo año con un aluvión de ataques aéreos, incluyendo la noche más pesada de ataques con misiles desde que comenzó la guerra, mientras Ucrania lucha para hacer frente a una amenaza en evolución con su limitado suministro de sistemas de defensa occidentales.
Los ataques rusos de enero han empleado toda la gama de su arsenal aéreo: misiles de crucero, misiles balísticos desde cerca de la frontera ruso-ucraniana, misiles hipersónicos y drones más lentos, todos ellos utilizados a veces para alcanzar el mismo objetivo, según declaró a CNN Mykhailo Podolyak, asesor presidencial de Ucrania, desde Kyiv.
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Los analistas internacionales afirman que la avalancha de misiles rusos, acumulados durante meses, pretende desbordar la limitada defensa antimisiles ucraniana.
Este enfoque ha tenido cierto éxito. Según las autoridades de Ucrania, el país sólo consiguió derribar 18 de los 51 misiles disparados el 8 de enero.
También han entrado en juego nuevas tácticas.
Algunos cambios son sencillos: Rusia ha empezado a pintar de negro sus drones de fabricación iraní, camuflándolos contra el cielo nocturno.
Bomberos ucranianos intentan extinguir un incendio tras un ataque con misiles en Kyiv el 2 de enero de 2024, en medio de la invasión rusa de Ucrania. Crédito: Genya Savilov/AFP/Getty Images
Otros son más sofisticados: los rusos cambiaron los escapes de los motores de algunos drones de la parte trasera a la delantera, en un esfuerzo por confundir a las baterías antiaéreas que utilizan miras térmicas, dijeron a CNN miembros de una unidad ucraniana.
Los medios de comunicación ucranianos informan que los drones propulsados por reactores están sustituyendo a los modelos rusos, más lentos y propulsados por hélices, por lo que las autoridades han reconocido que se trata de una amenaza que está en su radar.
En declaraciones a la televisión nacional, el portavoz del mando de las fuerzas aéreas ucranianas, Yurii Ihnat, dijo que una versión propulsada a reacción de los drones iraníes Shahed, preferidos por Moscú, funcionaría “como un mini misil de crucero”.
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Es probable que tengan una carga útil menor, pero una velocidad de crucero mucho mayor, quizás más de 500 kilómetros por hora, dijo, lo que los haría más difíciles de derribar. Las autoridades ucranianas aún no han confirmado si estos drones se han utilizado en Ucrania.
Fuerzas de defensa antiaérea ucranianas realizan ejercicios con un cañón antiaéreo de fabricación soviética en las afueras de Kyiv. Crédito: Joseph Ataman/CNN
Cada derribo es una victoria
En un campo helado a las afueras de Kyiv, los soldados realizan ejercicios con un camión móvil de defensa antiaérea, listo para disparar a los pocos minutos de arrancar.
Su ametralladora pesada de diseño soviético es poco sofisticada, pero combinada con una mira térmica y una tableta que muestra la imagen de esa mira, dos siglos de tecnología que confluyen en un camión de plataforma, puede ser eficaz contra los drones, dijo a CNN el comandante del escuadrón, el sargento mayor Vitaliy Yasinsky, de la Brigada Presidencial Separada de Ucrania.
“Antes volaban en una sola trayectoria, pero ahora zigzaguean. Un dron puede volar, luego dar vueltas, planear, descender completamente, elevarse medio kilómetro y luego descender bruscamente. Ahora son muy maniobrables y deben ser avistados y destruidos”, dijo Yasinsky sobre los Shaheds iraníes.
En las noches nubladas, los defensores pueden verse obligados a usar más el oído que la vista para apuntar, escuchando el delator zumbido del motor del Shahed.
Pero son las unidades pequeñas y móviles como la de Yasinsky con las que cuenta Ucrania para proteger a la población civil y las infraestructuras clave, especialmente de los drones de vuelo lento.
Situados dentro de una red de avanzados sistemas occidentales de defensa antimisiles, como el Patriot estadounidense o las baterías IRIS-T alemanas, mejor preparadas para hacer frente a los misiles rusos más rápidos, estos pequeños equipos aportan una fuerza más barata y abundante a la defensa de los cielos de Ucrania.
“Smeta”, un soldado de una unidad móvil de defensa antiaérea que vigila los accesos a Kyiv, practica con una unidad de entrenamiento para el sistema de misiles Stinger, de fabricación estadounidense. Algunos de los misiles portátiles estadounidenses utilizados por las unidades móviles de defensa antiaérea se fabricaron en la década de 1980, según la unidad, años antes de que nacieran algunos de los soldados. Crédito: Joseph Ataman/CNN
Los soldados ucranianos de defensa antiaérea dijeron a CNN que habían abierto cajas de misiles antiaéreos Stinger de mano donados por Occidente que databan de la guerra de los muyahidines afganos contra los soviéticos en Afganistán, décadas antes de que nacieran algunos de ellos.
Pero siguen agradecidos por las armas.
En los videos de las unidades de defensa antiaérea ucranianas derribando drones o misiles, la alegría en las voces de los soldados es casi infantil.
Es probable que cada impacto salve vidas o infraestructuras ucranianas y contribuya a mermar los recursos de Rusia.
En enero, funcionarios estadounidenses revelaron que Rusia había utilizado misiles balísticos norcoreanos en ataques contra ciudades ucranianas, lo que probablemente sea una señal de la presión sobre los arsenales y la producción nacional de armamento de largo alcance de Moscú.
Las autoridades ucranianas siguen analizando los restos de los últimos ataques para determinar el origen de los misiles.
Defensas al límite
Oleksiy Melnyk, codirector de programas de seguridad internacional del centro de estudios Razumkov Center, con sede en Kyiv, declaró a CNN que la última serie de ataques rusos estaba “muy bien planeada”.
Los ataques mortales fueron precedidos por bandadas de drones y misiles individuales a lo largo de diferentes rutas, peones sacrificados para cartografiar las defensas ucranianas y los puntos débiles, dijo.
“Ahora son las instalaciones de la industria de defensa las que están en el punto de mira. Y aunque no se admite oficialmente, una parte sustancial de estos misiles alcanzaron sus objetivos”, dijo, señalando también que la eficacia de cada misil interceptor disparado contra los proyectiles rusos entrantes es alta.
La defensa antiaérea ucraniana trabaja “al límite de su capacidad”, dijo Melnyk, y a menudo alcanza más del 70% de sus objetivos y a veces todos.
Coches destruidos se ven fuera de un centro comercial golpeado en un ataque masivo de misiles y drones rusos en Dnipro, Ucrania, el 29 de diciembre de 2023. Crédito: Ukrinform/NurPhoto/Getty Images
Para detener más misiles harían falta más baterías de misiles interceptores, de las que el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, dijo el miércoles que su país “carece gravemente”. Ucrania es actualmente incapaz de producir sistemas modernos de defensa antiaérea con sus socios, dijo.
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Pero para frenar la oleada de fuego ruso, Ucrania necesita apuntar a las baterías de Moscú al otro lado de la frontera, un reto difícil, dado el acceso limitado de Kyiv a misiles de largo alcance o sistemas de artillería propios.
“Rusia está aprendiendo la lección”, dijo Melnyk, enviando misiles allí donde sabía que no podrían ser interceptados.
Muertes de civiles
Podolyak, asesor presidencial ucraniano, declaró a CNN que creía que se había añadido un “componente genocida” a los ataques aéreos de Rusia en comparación con el invierno pasado. En su opinión, las víctimas civiles son ahora una prioridad en los ataques rusos contra grandes ciudades, afirmó. Rusia ha negado en repetidas ocasiones haber atacado a civiles.
Las imágenes de los pasajeros de Kyiv agolpados en el metro durante los ataques aéreos de principios de enero evocaron dolorosos recuerdos del ataque aéreo ruso del invierno pasado.
En los ataques de enero ha muerto un pequeño número de ucranianos, pero el país sigue sufriendo las consecuencias de la muerte de 33 personas en Kyiv el 29 de diciembre en ataques que destruyeron 100 casas y 45 rascacielos, según el presidente de Ucrania.
En respuesta, Zelensky prometió “devolver la guerra” a Rusia.
A pesar de la alegría que le produce a sus compañeros neutralizar los ataques rusos desde el aire, “Smeta”, soldado de una unidad de defensa antiaérea en las afueras de Kyiv, sigue sintiendo el dolor de cada misil que no consiguen derribar a tierra.
“Lo más doloroso es que están alcanzando a civiles, casas, jardines de infantes”, dijo a CNN. “Esto no se ajusta a las normas de la guerra ni a la moral humana. Es inmoral”.
— Victoria Butenko contribuyó con este reportaje.
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