Turquía busca reequilibrar su relación con Occidente mientras crece el aislamiento de Rusia
Alexandra Ferguson
(CNN) — Las esperanzas de la inminente adhesión de Suecia a la alianza de seguridad de la OTAN empezaron a desvanecerse este lunes, cuando el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, planteó un obstáculo de última hora al vincular su aprobación de la candidatura del país nórdico a la ansiada adhesión de Turquía a la Unión Europea.
Pero pocas horas después dio un sorprendente giro al retirar su oposición, allanando el camino para que la OTAN amplíe su fortificación contra una Rusia beligerante mientras Moscú libra una guerra en Ucrania.
La medida, que se ganó los elogios de Occidente y las críticas de Moscú, demostró que la guerra de Ucrania ha sido un momento decisivo para el papel de Turquía en la escena internacional. Erdogan se mantiene relevante al estar cerca de Rusia y subrayar su compromiso con la OTAN, al tiempo que extrae el máximo de concesiones de cada parte.
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Su delicado juego de equilibrios ha dado a Turquía la posición única de ser el único país de la OTAN que tiene una relación con Rusia.
Pero los analistas afirman que en su tercera década en el poder y último mandato, el hombre fuerte turco puede estar en una senda conciliadora con Occidente.
“Al respaldar la candidatura sueca a la OTAN, Ankara está señalando una recalibración de los lazos con Occidente, que han estado tensos durante algún tiempo”, dijo Memet Celik, coordinador editorial del periódico progubernamental Daily Sabah. “En cierto modo, se trata de un movimiento de equilibrio para la posición de Turquía entre Occidente y Rusia”.
El aparente cambio de rumbo ya está cosechando sus frutos.
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En Vilna, Lituania, donde comenzó la cumbre de la OTAN este lunes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y otros miembros de la alianza militar intergubernamental alabaron la unidad sin precedentes de la alianza frente a la guerra de Rusia y elogiaron a Erdogan por su decisión.
Horas después del anuncio, Washington dijo que tiene la intención de seguir adelante con la transferencia de aviones de combate F-16 que Turquía lleva años exigiendo, culminando meses de diplomacia tras bambalinas para conseguir que Ankara siga adelante con la adhesión de Suecia a la OTAN.
Durante una reunión en Vilna este martes, Erdogan llamó a Biden “querido amigo”. Afirmó que “ya era hora” de que los mandatarios de Turquía y Estados Unidos “se reunieran para celebrar nuevas consultas”, y calificó la reunión del martes de “primer paso adelante” y las anteriores de “meros calentamientos”.
Erdogan aún no ha visitado la Casa Blanca bajo la presidencia de Biden.
Rich Outzen, investigador no residente del Atlantic Council, declaró a CNN que el acuerdo sobre los F-16 supone un “gran beneficio” para Turquía.
“En un sentido más amplio, la guerra injustificada de Rusia contra Ucrania recordó a Occidente la importancia de la geografía, el poder militar y los compromisos de alianza, y por tanto el valor de Turquía”, afirmó.
Añadió que había pocas dudas de que Turquía acabaría aceptando la candidatura sueca. Lo difícil era saber hasta dónde llegarían las exigencias de Erdogan.
“Ankara lleva mucho tiempo a favor de la expansión de la OTAN… en condiciones que refuercen su propia posición”, afirmó. “Tener derecho de veto sobre los asuntos de la mayor alianza de seguridad del mundo, que ahora se amplía aún más, es una victoria para Ankara”.
La reacción de Rusia fue tajante. Un funcionario de defensa ruso dijo que Turquía se está convirtiendo en un “país no amistoso” tras una serie de decisiones “provocadoras”.
“Ese comportamiento no puede calificarse de otra cosa que de puñalada por la espalda”, declaró Viktor Bondarev, jefe del Comité de Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación Rusa, calificando el “paso no amistoso” como resultado de la presión de la OTAN.
Esas decisiones “provocadoras”, dijo, incluyen la repatriación por Turquía a su país de soldados ucranianos capturados por Rusia a pesar de haber prometido a Moscú no hacerlo hasta que termine la guerra. Los comandantes, que habían sido entregados a Turquía por Rusia en septiembre, volaron de vuelta con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky tras su reunión con Erdogan este mes. Han declarado que tienen previsto volver al campo de batalla.
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La “reputación militar mermada” de Rusia
Todo esto se produce pocas semanas después de un intento de motín en Rusia por parte de Yevgeny Prigozhin, jefe del grupo mercenario ruso Wagner, que puso de manifiesto las grietas en la cúpula militar de Moscú y el control del poder por parte de Putin.
Outzen afirma que la “reputación militar mermada” de Rusia ha sido buena para Turquía, y añade que el motín puede haber afectado a la percepción que se tiene en Ankara de Putin como un líder en pleno control de las élites políticas y militares de su país.
Desde que Erdogan fue reelegido para otros cinco años, se ha producido un cambio en la forma en que Turquía calibra su acto de equilibrio, volviéndose más abiertamente “a favor de Ucrania”, dijo a CNN Sinan Ulgen, exdiplomático turco y presidente del grupo de reflexión EDAM, con sede en Estambul.
“Turquía se siente ahora más segura y cree que tiene un mayor margen de maniobra, dado que Rusia está aislada y necesita a Turquía como único país de la OTAN que no le ha aplicado sanciones”, añadió.
Ese cálculo puede ser más indicativo del estilo pragmático de Erdogan que de un cambio de política, dicen los analistas.
“Los lazos con Rusia son un buen ejemplo. No están de acuerdo en muchas cuestiones, pero cuando sus intereses coinciden, son capaces de avanzar”, dijo Celik. “Occidente carece de esa relación con Turquía, lo que creo que es una oportunidad perdida”.
“Turquía está más cerca del eje occidental, pero Occidente no quiere aceptar una asociación de igual a igual con Turquía, lo que hace que Ankara suba la vara para proteger sus intereses”, añadió.
A pesar de la recalibración de Erdogan, no es probable que las relaciones con Rusia se resientan significativamente, según los analistas. Sin embargo, es probable que Turquía siga siendo relevante tanto para Rusia como para Occidente.
“Debido a su proximidad, poder y relaciones tanto con Kyiv como con Moscú, Turquía será un actor clave en la resolución del conflicto y en cualquier acuerdo de paz que finalmente surja”, afirmó Outzen.
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