ANÁLISIS | Fotos satelitales muestran una acumulación de militares rusos en la frontera con Ucrania y elevan las tensiones
Germán Padinger
(CNN) — Una vez más, las tensiones aumentan en Ucrania. Los informes de que los rusos están trasladando material militar a unos 300 kilómetros de la frontera han captado la atención del gobierno de Estados Unidos. Y las fuerzas ucranianas han desplegado drones de combate a lo largo de las líneas de batalla que las separan de los separatistas prorrusos en la región de Donbas.
Las líneas del frente de este conflicto -un enfrentamiento iniciado en 2014 y que se extiende cientos de kilómetros desde el norte de Ucrania hasta el Mar de Azov- apenas se han movido en los últimos cinco años.
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El lunes, el portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el almirante John Kirby, dijo que el Pentágono estaba “al tanto de los informes públicos sobre la inusual actividad militar rusa cerca de Ucrania.”
Acumulación de material bélico, según fotos satelitales
Las imágenes por satélite han mostrado material ruso -incluyendo cañones autopropulsados, carros de combate y vehículos de combate de infantería- en movimiento en un campo de entrenamiento a unos 300 kilómetros de la frontera.
Maxar recogió el 1 de noviembre imágenes satelitales de alta resolución que revelan la presencia de fuerzas terrestres del ejército de Rusia en el extremo norte de Yelnya, en el oeste del país.
Pero el Ministerio de Defensa de Ucrania dijo el lunes que no había registrado “ningún traslado adicional de unidades, armas y equipos militares rusos a la frontera con Ucrania”.
El martes, el Ministerio de Defensa dijo que se estimaba que había 90.000 soldados rusos “cerca de la frontera y en los territorios temporalmente ocupados”, así como en el Mar Negro.
Ucrania añadió que Rusia había establecido una práctica de “transferencia y acumulación de unidades militares con el fin de mantener la tensión en la región y la presión política sobre los países vecinos”.
EE.UU. observa de cerca la situación en la frontera de Ucrania
Kirby dijo que Estados Unidos estaba observando de cerca: “No puedo hablar de las intenciones rusas, pero ciertamente estamos vigilando la región de cerca, como siempre hacemos. Cualquier acción agresiva o que produzca una escalada sería de gran preocupación para Estados Unidos”.
El martes, el portavoz del gobierno de Rusia, Dmitry Peskov, declaró a los periodistas: “El movimiento de nuestro equipo militar o de las unidades del ejército a través del territorio de la Federación Rusa es exclusivamente asunto nuestro”.
Vista más cercana de unidades blindadas y equipos de apoyo en Yelnya, Rusia.
“Rusia nunca ha amenazado a nadie, no amenaza y no supone un peligro para nadie”, insistió.
Pero los especialistas dicen que vale la pena seguir de cerca las acciones de Rusia.
“De momento es una situación en desarrollo. No es que no esté pasando nada pero tampoco no significa que mañana vaya a haber una operación ofensiva”, dice Michael Kofman, investigador del Wilson Center que estudia el ejército ruso.
Otra posible “provocación” de parte de Rusia
Ya hemos pasado por esto, varias veces, desde que los separatistas, con el apoyo de Rusia, entraron en el este de Ucrania en 2014.
El aumento de las tensiones, en el pasado, no llevó a nada de gravedad. Las unidades rusas se reunieron cerca de la frontera la primavera pasada -haciendo saltar las alarmas en los paíes occidentales- pero finalmente volvieron a sus bases.
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Rusia respondió rápidamente al uso por parte de Ucrania de drones de combate de fabricación turca por primera vez en el conflicto. Uno de esos drones atacó una posición separatista la semana pasada.
Artillería autopropulsada rusa en esta imagen suministrada por Maxar.
“Observamos intentos de llevar a cabo provocaciones, provocar alguna reacción de las milicias y arrastrar a Rusia a algún tipo de acción de combate”, declaró el lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, a la televisión estatal rusa.
El popular presentador de la televisión rusa, Vladimir Soloviev, fue más allá y dijo que Ucrania estaba provocando a las “repúblicas” separatistas para que tomaran “medidas de represalia, lo que significa una guerra mayor”. En estas circunstancias, Moscú se enfrentará a una seria elección”.
La retórica rusa hacia Ucrania se ha endurecido en los últimos meses.
Tanto el presidente Vladimir Putin como su predecesor, Dmitri Medvedev, han escrito ensayos en los que describen a Ucrania como un vasallo de Occidente, llegando incluso a sugerir que no es un país real.
En un largo artículo de julio, Putin dijo que “la formación de un estado ucraniano étnicamente puro, agresivo hacia Rusia, es comparable en sus consecuencias al uso de armas de destrucción masiva contra nosotros”.
“La verdadera soberanía de Ucrania solo es posible en asociación con Rusia”, escribió.
Pivote del este al oeste por parte de Ucrania
La estrategia de Moscú tiene por objeto disuadir a Ucrania de sus recientes acercamientos a la OTAN y a la Unión Europea, un pivote del este al oeste que avivaría los históricos temores rusos de ser cercados.
Vehículos militares en Yelnya, al oeste de Rusia, el 1 de noviembre, en una imagen facilitada por Maxar.
Esos temores se intensificaron cuando los antiguos estados bálticos soviéticos entraron en la OTAN, junto con varios ex miembros del Pacto de Varsovia, como Rumania y Polonia.
El mes pasado, el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, reiteró el apoyo de EEUU a la “reorientación” de Ucrania, prometiendo “un apoyo continuo a la soberanía, integridad territorial y aspiraciones euroatlánticas de Ucrania”.
La entrada de Ucrania en la OTAN sería un paso “extremadamente peligroso” que desencadenaría medidas de represalia por parte de Rusia, replicó el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Andrey Rudenko.
En declaraciones a los periodistas el martes, Peskov condenó lo que dijo eran “tendencias expansionistas agresivas, especialmente por parte de la OTAN y otros países”, y añadió que “Rusia siempre ha tomado medidas para garantizar su seguridad y seguirá haciéndolo”.
EE.UU., que ya suministra misiles antitanque Javelin a Ucrania, también prometió apoyar a las fuerzas ucranianas mediante la asistencia en materia de seguridad, incluidos los esfuerzos para mejorar la capacidad marítima del país. Los buques de guerra estadounidenses patrullan regularmente el Mar Negro, para disgusto de Rusia.
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La última arma de Rusia en el conflicto no está pintada de camuflaje. Por el contraio, llega a través de un oleoducto. El Nord Stream 2 (NS2), que conecta Rusia con Alemania, está a punto de completarse, y eso preocupa a Ucrania, que ha sido una ruta de tránsito para el gas ruso a través de su extensa red de gasoductos.
“Putin les está diciendo a todos a la cara: ‘Dejen que el NS2 entre en funcionamiento o no tendrán más gas'”, según Yuriy Vitrenko, director ejecutivo de la ucraniana Naftogaz.
Vitrenko declaró al Financial Times que “[si] no hay tránsito físico a través de Ucrania, aumentan las posibilidades de una guerra a gran escala entre Rusia y Ucrania”.
La Casa Blanca dijo el fin de semana que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, había hablado con la canciller de Alemania, Angela Merkel, sobre los esfuerzos “para garantizar que Rusia no pueda manipular los flujos de gas natural con fines políticos perjudiciales”.
De momento, no hay señales de que todo este lenguaje confrontacional se esté traduciendo en un mayor nivel de hostilidades a lo largo de lo que se conoce como “la línea de contacto”, pero los cálculos rusos nunca son fáciles de entender.
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