ANÁLISIS | La presión de Occidente sobre Rusia no frenó las últimas provocaciones de Putin
Juan Pablo Elverdin
(CNN) — Estados Unidos tomó nuevas medidas este miércoles para aumentar la presión sobre el presidente Vladimir Putin, anunciando nuevas sanciones económicas para castigar a Rusia por su invasión de Ucrania, el mismo día en que la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, y otros ministros de finanzas abandonaron la cumbre del G20 en Washington en señal de protesta una vez que el delegado de Rusia comenzó sus comentarios.
Estos movimientos fueron ricos en simbolismo sobre las intenciones de Occidente de seguir apretando el tornillo en torno a la economía rusa mientras Estados Unidos y sus aliados intentan aislar a Putin en la escena mundial. Pero parecieron débiles con el telón de fondo del provocador lanzamiento de prueba del nuevo misil balístico intercontinental de Rusia por parte de Putin y la incapacidad de los aliados para salvar a los civiles, ya que los últimos intentos de evacuación de Mariúpol fracasaron este miércoles.
Los funcionarios estadounidenses restaron importancia a la prueba del misil, señalando que habían sido alertados de la ventana de lanzamiento a través de los acuerdos de notificación internacional, que habían rastreado la trayectoria del misil y que creen que aún no está operativo en el inventario de Rusia. Pero después de semanas de ruido de sables por parte de Putin —incluyendo su orden de febrero de poner las fuerzas nucleares en alerta máxima—, el líder ruso esperaba claramente que la medida inquietara a Estados Unidos y a sus aliados mientras sopesan sus próximos movimientos para ayudar a Ucrania.
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La postura amenazante de Putin quedó patente en su declaración tras la prueba, cuando argumentó que el arma “reforzará el potencial de combate de nuestras fuerzas armadas, garantizará de forma fiable la seguridad de Rusia frente a las amenazas externas y dará que pensar a quienes, al calor de una retórica agresiva y frenética, tratan de amenazar a nuestro país”.
En declaraciones a Chris Wallace, de CNN+, este miércoles por la noche, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el lanzamiento de prueba de Rusia no cambiaría la postura de la Casa Blanca sobre la ayuda a Ucrania y que Estados Unidos anunciaría una nueva ronda de asistencia de seguridad a Ucrania “en muy poco tiempo”.
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Pero el último movimiento de ajedrez del líder ruso contrasta con la decisión de EE.UU. en marzo de cancelar una prueba prevista de su misil balístico intercontinental Minute Man III, que fue descrita en ese momento por el portavoz del Pentágono, John Kirby, como un esfuerzo para evitar “cualquier acción que pudiera ser malinterpretada o malentendida”.
“Creo que el momento de esto tiene mucho que ver con las amenazas coercitivas a Occidente”, dijo Jeffrey Edmonds, un exanalista militar de la CIA y exdirector para Rusia en el Consejo de Seguridad Nacional, sobre la prueba de misiles de Rusia en “Newsroom” de CNN este miércoles. “Cuanto más esté perdiendo en Ucrania, más vamos a ver este tipo de retórica escalada”.
La incapacidad de EE.UU. y sus aliados para influir en Putin y detener el desastre humanitario que continúa desarrollándose en Mariúpol se vio subrayada por otro intento fallido de evacuar a decenas de civiles, entre ellos mujeres y niños, que hacían cola a plena luz del día en esa asediada ciudad portuaria este miércoles con la esperanza de subir a los autobuses que los llevarían a un lugar seguro.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, declaró durante una conferencia de prensa con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en Kyiv, este miércoles, que unas 120.000 personas siguen atrapadas en Mariúpol y que los “crímenes que están ocurriendo allí son mucho más aterradores y a gran escala que en Borodianka”, ciudad en la que recientemente se encontraron los cadáveres de muchos civiles tras ser ocupada por las fuerzas rusas.
El alcalde de Mariupol, Vadym Boichenko, había instado a los residentes a evacuar a través de tres puntos de reunión este miércoles, una operación que debía comenzar a primera hora de la tarde y dirigirse hacia el oeste de Mariúpol, hacia la ciudad de Berdiansk, controlada por Rusia, y luego hacia la ciudad de Zaporiyia, controlada por Ucrania.
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La subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos de Estados Unidos, Victoria Nuland, advirtió en el programa “New Day” de CNN que acuerdos similares se habían “desmoronado varias veces antes” porque dependían de la voluntad de los rusos de permitir ese paso seguro.
Finalmente, el corredor humanitario “no funcionó como estaba previsto”, dijo la viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk.
“Debido a la falta de control sobre sus propios militares sobre el terreno, los ocupantes no pudieron garantizar un alto el fuego adecuado”, dijo, utilizando un término para describir las fuerzas militares rusas. “Además, debido a la desorganización y la negligencia inherentes, los ocupantes fueron incapaces de proporcionar un transporte oportuno de personas hasta el punto de que decenas de nuestros autobuses y ambulancias estaban esperando”.
Vereshchuk dijo que lo intentarían de nuevo este jueves. Y dos altos funcionarios ucranianos —el líder de la mayoría parlamentaria, David Arakhamia, y Mykhailo Podolyak, asesor del jefe de gabinete del presidente— dijeron que estaban a la espera de dirigirse a Mariúpol para negociar la evacuación tanto de los civiles como de las fuerzas ucranianas que se han refugiado en la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad, rodeada por soldados rusos. Este jueves, Putin desechó los planes de asaltar la planta siderúrgica, afirmando que los que decidan rendirse deben ser tratados de acuerdo con las convenciones internacionales.
El teniente general retirado de EE.UU. Mark Hertling describió este miércoles el estancamiento sobre los corredores humanitarios para salir de Mariúpol como un ejemplo de las operaciones psicológicas de los rusos, en las que aumentan las esperanzas de las personas que han quedado atrapadas en Mariúpol y luego las desbaratan como parte del esfuerzo de Putin para “aplastar la voluntad” del pueblo ucraniano.
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“Las largas colas de personas que siguen en el frío ahí fuera después de haberse acurrucado en los sótanos no es más que otra decepción”, dijo Hertling, analista de seguridad nacional y militar de CNN, en el programa “Newsroom”.
“Es un intento de las fuerzas rusas de seguir amenazando y utilizando tácticas que acosan a la población civil. ¿Puede la OTAN hacer algo al respecto? No. … La OTAN, la ONU y otras organizaciones ya han pedido corredores humanitarios. No hay mucho más que puedas hacer dentro de una zona de guerra cuando no puedes meter fuerzas para ayudar a la gente a salir”.
Más sanciones antes del nuevo paquete de ayuda militar
Mientras EE.UU. se prepara para anunciar un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania ante la intensificación de los combates en la región oriental de Donbás, Psaki enmarcó las últimas medidas del Departamento del Tesoro “como parte de nuestro esfuerzo intensificado para tomar medidas enérgicas contra quienes intentan evadir nuestras sanciones sin precedentes” durante la sesión informativa de este miércoles.
En la nueva ronda de sanciones, EE.UU. apunta a Transkapitalbank, que Psaki describió como un “banco comercial clave” que ha ofrecido servicios a otros bancos a nivel mundial para ayudarles a evadir las sanciones internacionales, así como lo que los funcionarios estadounidenses describieron como “una red global de más de 40 individuos y entidades dirigidas por el oligarca ruso designado por EE.UU. Konstantin Malofeyev”. En su comunicado, el Departamento del Tesoro dijo que también iba a perseguir a las empresas del sector de la minería de monedas virtuales de Rusia.
“Estados Unidos se ha comprometido a garantizar que ningún activo, por complejo que sea, se convierta en un mecanismo para que el régimen de Putin compense el impacto de las sanciones”, dijo el departamento.
Yellen se unió a otros funcionarios occidentales en un abandono planeado en la cumbre del G20 durante la presentación de Rusia, un mensaje a ese país, dijo Psaki, de que no puede seguir “como siempre” mientras lleva a cabo su asalto no provocado al pueblo de Ucrania.
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Aunque el presidente Joe Biden dijo el mes pasado que Rusia debería ser expulsada del G20, para sacarla del grupo se necesitaría el respaldo de todos los miembros, lo que se considera poco probable.
Estados Unidos está preparando otro paquete de ayuda militar de US$ 800 millones para Ucrania, según informó previamente CNN, una semana después de que la administración Biden anunciara otro paquete de US$ 800 millones.
Psaki no ofreció una respuesta clara cuando se le preguntó si EE.UU. comparte los sentimientos de Michel, el presidente del Consejo Europeo, cuando se puso al lado de Zelensky este miércoles y dijo: “Estamos con ustedes y haremos todo lo posible para apoyarlos y para que Ucrania gane la guerra”.
Dijo que Estados Unidos ha sido “bastante claro en que vamos a hacer todo lo posible para que el presidente Putin y Rusia reconozcan que esto es una pérdida estratégica, que (Putin) es un paria en la escena mundial”.
Cuando se le presionó sobre si el objetivo concreto de EE.UU. al enviar ayuda militar a Ucrania es producir una “derrota en el campo de batalla para Rusia”, no llegó a utilizar esa frase.
“Estamos haciendo todo lo que podemos para equipar al gobierno ucraniano, a los líderes ucranianos, para que puedan defenderse eficazmente en esta batalla militar”, dijo.
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