La guerra olvidada en Yemen: el país lleva casi ocho años de conflicto civil, crisis humanitaria y una escalada regional
Germán Padinger
(CNN Español) — Mientras la guerra civil en Siria se expandía por la región, mientras Estados Unidos intentaba por última vez vencer en Afganistán, y mientras separatistas se levantaban con el apoyo de Rusia en el este de Ucrania, antecedente directo de la invasión actual, a finales de 2014 estallaba otro conflicto en Yemen, el país más pobre de Medio Oriente.
Esa guerra civil de alcance regional aún continúa, casi ocho años después, en la sombra de estos otros conflictos y casi en segundo plano, ya habiendo desatado una crisis humanitaria en el país que no parece estar cerca de acabar.
Al menos 67 muertos y 108 heridos tras el ataque aéreo contra el centro de detención en la localidad yemení de Saada, según Save The Children
¿Pero cómo comenzó, quiénes se enfrentan y por qué es importante?
Combatientes hutíes supervisan la reapertura de una carretera en Saada, al norte de Saná, el 16 de febrero de 2010, tras una tregua entre los rebeldes y las fuerzas gubernamentales. (Crédito: AFP via Getty Images)
Yemen se encuentra en la punta sur de la península arábiga, con costas en el mar Rojo y el Golfo de Adén, y tiene fronteras con Arabia Saudita y Omán.
Con una población de unos 30 millones —donde predomina el islam sunita—, Yemen es el país más pobre del Medio Oriente, de acuerdo con el Banco Mundial.
El inicio de la guerra civil en Yemen
Durante gran parte de los siglos XX y XXI el país estuvo afectado por inestabilidad política y la violencia, y a partir de los 2000 la situación empeoró primero con la presencia de células de al Qaeda —la llamada al Qaeda en la Península Arábiga, que motivó una operación militar con drones de Estados Unidos— y luego con el levantamiento de los hutíes, una minoría chiita que proviene del norte del país y reclamaba más representación en el gobierno liderado por sunitas en 2014.
Un tanque del ejército de Yemen se mueve para tomar una posición en Saada, al norte de Saná, durante los enfrentamientos con los rebeldes hutíes el 11 de febrero de 2010. (Crédito: AFP via Getty Images)
Los hutíes protagonizaron una serie de protestas contra el presidente de Yemen, Abdurabu Hadi, a mediados de 2014, que derivaron en violencia. Y en enero de 2015 los rebeldes tomaron el palacio presidencial en la capital, Saná, forzando al gobierno de Yemen, reconocido por la comunidad internacional y con apoyo de EE.UU., a trasladarse a Adén.
A continuación, una coalición de países árabes liderada por Arabia Saudita intervino militarmente en favor del Gobierno de Yemen y contra los hutíes, que reciben apoyo de Irán. Además, al Qaeda en la Península Arábiga continúa con sus operaciones, constituyendo una tercera facción.
La guerra de Yemen ha sido descrita como la peor crisis humanitaria del mundo, y es considerada tanto como un conflicto civil, que ha casi desintegrado al país, como un enfrentamiento mayor entre Arabia Saudita e Irán.
Trascendió ciertamente las fronteras y se convirtió en un conflicto regional, con ataques lanzados por los hutíes contra blancos en Arabia Saudita, y bombardeos constantes del territorio controlado por hutíes por parte de la coalición árabe, de la que forma parte también Emiratos Árabes Unidos, que han causado un enorme sufrimiento a la población civil.
El humo se eleva tras un ataque aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudita el 11 de mayo de 2015, en la capital, Saná. (Crédito: MOHAMMED HUWAIS/AFP via Getty Images)
El conflicto en Yemen, hoy
La guerra, estancada, continúa actualmente y en enero al menos 67 personas murieron en un bombardeo de la coalición liderada de Arabia Saudita contra un centro de detención en la localidad de Saada, según declaró a CNN el portavoz de Save the Children, Amjad Yamin.
El bombardeo tuvo lugar luego de que los hutíes reivindicaran oficialmente la responsabilidad de un ataque en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, que dejó tres muertos una semana antes, según dijo la agencia estatal saudí Al-Ekhbariya.
Pero aunque el año comenzó con violencia, en abril las partes acordaron un alto al fuego a nivel nacional —el primero desde 2016—, con mediación de las Naciones Unidas y Estados Unidos que permitirá abastecer con combustible y ayuda humanitaria a las regiones controladas por hutíes.
La tregua durará dos meses, con posibilidad de ser extendida, y ha sido bienvenida por Arabia Saudita e Irán. Se trata de la iniciativa de paz más importante desde el inicio de la guerra en 2014.
Yemen: Alto al fuego de dos semanas por coronavirus 0:34
El costo de la guerra
De acuerdo con el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (ACLED, por sus siglas en inglés), más de 150.000 personas han muerto como resultado del conflicto desde el 2015, incluyendo 14.500 civiles. Aunque el ACLED registra una tendencia a la baja en la violencia en los últimos años, los niveles siguen siendo altos.
La crisis humanitaria, por otro lado, no tiene parangón. Según el Programa Mundial de Alimentos (WFP) de la ONU, se estima que 20 millones de personas en Yemen están pasando hambre y sufren desnutrición, de una población total de 30 millones.
La situación general en el país se ha complejizado con la llegada del covid-19, que puso más presión sobre el sistema de salud.
Además, cerca de 4 millones de personas se han convertido en desplazados internos, señala la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (Unocha).
“Aunque Yemen tenía vulnerabilidades preexistentes, el carácter cada vez más prolongado del conflicto ha provocado el colapso económico, el aumento de la pobreza y la ruptura de los sistemas nacionales de protección social y de las redes de seguridad comunitarias”, dice Unocha.
Con información de Hakim Almasmar, Judith Vonberg, Nima Elbagir, Ryan Browne, Nadeen Ebrahim, Nada Altaher, Bianca Britton, Celine Alkhaldi, Mostafa Salem y Lianne Kolirin.
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