La menopausia no es una enfermedad. Los expertos exigen una nueva narrativa para esta etapa natural de la vida de la mujer
Alexandra Ferguson
(CNN) — Las mujeres no son un monolito, sus experiencias de la menopausia no son todas negativas y esta etapa de la vida no debería verse como un problema médico, argumenta un grupo internacional de expertos.
En un artículo de análisis publicado este miércoles en el British Medical Journal, la obstetra Martha Hickey, del Royal Women’s Hospital de Victoria, Australia, y tres profesores de salud femenina de Reino Unido, Estados Unidos y Australia, analizan las actitudes sociales y culturales ante la etapa de la vida en la que la mayoría de las mujeres dejan de tener la menstruación, normalmente entre los 45 y los 55 años, y defienden la necesidad de “normalizar” la menopausia.
En 2021, una encuesta mundial reveló que entre el 16% y el 40% de las mujeres experimentan síntomas entre moderados y graves durante la menopausia, como sensación de cansancio, sofocos, dificultades para dormir y dolores musculares o articulares.
Un tratamiento que se ofrece actualmente para aliviar estos síntomas es la terapia de reemplazo hormonal (TRH), que utiliza medicamentos para reemplazar las hormonas perdidas durante la menopausia y, a su vez, aliviar estos síntomas. Muchos estudios han demostrado su eficacia para ayudar a las mujeres a superar la menopausia y, aunque existen riesgos, como el aumento del riesgo de cáncer de mama, se cree que los beneficios superan dichos riesgos.
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Sin embargo, Hickey y sus coautores sostienen que, aunque los tratamientos eficaces como la TRH son importantes para quienes tienen síntomas molestos, “verlo como un problema médico puede aumentar la ansiedad y la aprensión de las mujeres ante esta etapa natural de la vida”.
Y añaden: “La medicalización de la menopausia corre el riesgo de reducir la amplia gama de experiencias en la mediana edad asociadas a este proceso natural en una enfermedad estrechamente definida que requiere tratamiento y tiende a enfatizar los aspectos negativos de la menopausia”.
Los cuatro expertos sostienen además que, aunque “las mujeres con sofocos y sudores nocturnos intensos suelen beneficiarse de la terapia hormonal para la menopausia, la mayoría de las mujeres consideran que la menopausia es un proceso natural y prefieren no tomar medicación”.
Hickey declaró a CNN: “La medicalización de la menopausia hace que las mujeres tengan miedo y reduce su capacidad para afrontarla como un acontecimiento normal en la vida”.
Preservar la salud, y la apariencia juvenil
La precaución médica sobre el uso de la TRH no es nueva. En el libro de Elizabeth Siegel Watkins, “The Estrogen Elixir: A History of Hormone Replacement in America”, la profesora de historia de las ciencias de la salud traza las causas de la creciente tendencia a la TRH y las respuestas a la misma.
Publicado en 2007, el libro de Watkins explica que “[la medicalización de la menopausia] comienza con las interacciones dinámicas entre científicos, fabricantes de productos farmacéuticos y ginecólogos en la producción, comercialización y prescripción de estrógenos en las primeras décadas del siglo XX”.
Según Watkins, tras medio siglo de investigaciones que comenzaron en la década de 1890, el estrógeno se introdujo en Estados Unidos como tratamiento a corto plazo para los síntomas de la menopausia en las décadas de 1940 y 1950. Entre 1960 y 1975, la terapia hormonal experimentó un gran auge después de que algunos endocrinólogos reproductivos redefinieran la menopausia como una “enfermedad por deficiencia de estrógenos”.
El enfoque del tratamiento de la menopausia revela no solo el enfoque de la ciencia, sino también la postura de la cultura cuando se trata de mujeres de mediana edad. Watkins escribe sobre E. Kost Shelton, un profesor clínico de medicina de la UCLA que “promovió la terapia hormonal a largo plazo como la solución a los males de las mujeres de mediana edad”, creyendo que el estrógeno no solo “prevendría el desarrollo de la osteoporosis [una condición en la que los huesos se debilitan, común durante la menopausia]… sino que también ayudaría a mantener una apariencia juvenil, una actitud positiva y un matrimonio feliz”.
And if you are able lobby, pressure, demand that governments and medical research communities do better by women and actually put in funding and resources into more research. — Sunny Singh (@ProfSunnySingh) October 18, 2019
El libro cita un artículo escrito por Shelton en 1954 en el que decía que la falta de estrógenos durante la menopausia “suele ir acompañada de una regresión a un mero recuerdo de la antigua mujer seductora… Se vuelve insegura, inadecuada y, en última instancia, descuidada durante el período más vulnerable de su existencia marital”.
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Puede que el lenguaje haya cambiado desde la época de Shelton, pero la asociación entre la TRH y la expectativa de mantener la juventud persiste.
Los autores del análisis del BMJ escriben: “La creencia de que el envejecimiento puede retrasarse o invertirse mediante la terapia de reemplazo hormonal (TRH) persiste y se ve reforzada por los medios de comunicación, la literatura médica y la información dirigida a las mujeres”.
Entonces y ahora, ¿por qué persisten estas asociaciones? Hickey y sus coautores ofrecen una respuesta: “El marketing de la menopausia es un negocio lucrativo”.
“En los años 60, por ejemplo, se sugería que todas las mujeres debían tomar un tratamiento hormonal cuando tuvieran la menopausia”. dijo Hickey a CNN. “Y todavía hay un fuerte impulso farmacéutico para que las mujeres tomen hormonas para mantenerse jóvenes, o para proteger su piel, o su vida sexual y otras cosas por el estilo que no han sido probadas”.
Y añade: “Si tienes una medicación que debería tomar la mitad de la población, es una ganancia enorme”.
Hickey y sus coautores abogan por cambiar la narrativa impulsando aspectos positivos como la ausencia de la menstruación, el embarazo y la anticoncepción, además de educar a las mujeres sobre cómo manejar los síntomas molestos. Creen que enfocarse en estos aspectos “podría empoderar a las mujeres para gestionar la menopausia con mayor confianza”.
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Narrativas en torno a la menopausia
Sunny Singh entiende el poder de las narrativas. En 2019, la novelista y profesora de Escritura Creativa e Inclusión en las Artes en la Universidad Metropolitana de Londres escribió un hilo en Twitter que tuvo mucha interacción. En él comparte su propia experiencia de pasar por la perimenopausia (cuando se tienen síntomas antes de que la menstruación haya cesado).
Con gran franqueza y humor, Singh escribió: “Se habla vagamente de los sofocos, pero ésta es mi experiencia en la ‘peri’. Mi cuerpo ha decidido que necesita duchas calientes, pero luego se recalienta durante la hora siguiente. Nota: cruzarme de brazos hasta que me enfríe lo suficiente como para ponerme la ropa. Nota: añadir una hora más a la rutina matutina”.
Y añade: “El discurso actual oscila entre el ‘todo es natural’ (sí, también lo es la muerte) y la patologización total… Tenemos que hablar de la menopausia sin hipermedicalizarla”.
Singh afirma que se benefició de que su madre le compartiera su experiencia de la menopausia cuando tenía treinta años y dice que esto debe ocurrir más. “Ha habido muy poco intercambio de información en torno a la menopausia. Necesitamos que mujeres de todas las razas y regiones hablen de la menopausia”, dijo a CNN.
El análisis del BMJ llega a la misma conclusión: “Normalizar el envejecimiento en las mujeres y celebrar la fuerza, la belleza y los logros de las mujeres de mediana edad puede cambiar la narrativa y proporcionar modelos positivos”, escriben los autores.
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